Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 4, 12-17.23-25

Lectio Divina por Matías Quiroga de Argentina

Invocación al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu, y serán creadas todas las cosas, y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos el gustar todo lo recto, según el mismo Espíritu, y gozar siempre de sus celestiales consuelos, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

📖 Lectura del Evangelio según San Mateo 4, 12-17, 23-25

Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: -Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca-.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba.
Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.
¡Palabra del Señor!

📖 Meditación: ¿Qué dice el texto?

Este texto nos pone al tanto del comienzo de la vida pública de Jesús. En un primer momento se nos fundamentan los hechos con lo que debía de ocurrir según estaba escrito en los profetas, y luego se nos narra con toda claridad y sencillez, en qué consistió el ministerio del Señor en la tierra. Es muy importante recordar que la Iglesia, es decir, nosotros, tenemos la misión de extender el ministerio de Jesús por la historia hasta que Él vuelva.

Meditación: ¿Qué me dice Dios por medio del texto?
El Señor me interpela. Aquí está claramente el itinerario del discípulo. He de reconocer que me siento incapaz de enseñar, y de curar las dolencias de la gente. Sin embargo, aquella proclamación de la Buena Noticia del Reino, está al alcance de todos. Proclamar es anunciar, gritar a los cuatro vientos.
•¿Qué piensas hermano/hermana?
•¿Estás transitando el camino del discípulo?

Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor, auméntame la Fe. Este es el combustible del discípulo, no permitas que pase por el mundo sin dejar huella, antes bien, envíame el Espíritu Santo para continuar tu ministerio, como hijo tuyo y de la Santa Madre Iglesia.

Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

“Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.”

Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?

Quiero mantener el propósito de proclamar la Buena Noticia del Reino. Puedo repetir durante el día la jaculatoria: “Jesús proclamaba la Buena Noticia del Reino”.

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