Evangelio del día – Lectio Divina Juan 6, 22-29

Lectio Divina por Ramón Emilio Jímenz de República Dominicana

Lectio Divina Lunes de la III semana de Pascua.

Invocación al Espíritu Santo.

Espíritu Santo te pedimos que envíes desde el cielo un rayo de tu Luz, que nos des tu consuelo y hagas de nuestros corazones tu habitación y no salgas. Que está alegría y efusión de gozo pascual nos siga llenando de ti para poder transmitir al mundo que Jesucristo ha Resucitado

Amén

Evangelio según San Juan 6, 22-29

Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo llegaste?”.
Jesús les respondió: “Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello”.
Ellos le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?”.
Jesús les respondió: “La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado”.

Palabra del Señor

Lectura ¿Que dice el texto?

Luego de la multiplicación de los panes vemos a la multitud ponerse en busca de Jesús, con ansiedad y cierto interés humano. El texto del evangelio de hoy la comunidad Joanica presenta algunos seguidores que se quedan al otro lado del lago y al no encontrar a Jesús se inquietan, pero prosiguen la búsqueda hasta encontrarlo. Se inicia un diálogo con el Señor y los judíos que le seguían que trajo como consecuencia el reproche de Jesús acerca de sus verdaderas intenciones » No me buscan por otra cosa que no sea más que por satisfacer una necesidad muy humana, el hambre» y después vino la exhortación del maestro. Trabajar no por el alimento de un día sino por el alimento que permanece y da vida eterna.

Meditación. ¿Que me dice a mí?

Dios ha movido mi corazón y mi mente, me hace cuestionar profundamente y para está meditación propongo estas preguntas. En mi búsqueda de Jesús me atrevo a cruzar a la otra orilla?. Si al buscar a Jesús no encuentro lo que busco o no lo encuentro donde pensaba que estaba, me resigno o me pongo en camino para encontrarme con el?. Y la pregunta principal?, especialmente que es lo que realmente busco de Jesús, lo pasajero o lo que permanece y da vida eterna?

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

Señor estoy agradecido por que al buscarte te dejaste encontrar por mí, por eso te alabamos y te bendecimos, por darnos un alimento con tu palabra con tu cuerpo y tu sangre con el amor de la comunidad. Te pedimos que no nos dejes apartarnos de ti. Al contrario que podamos apegarme a ti cada día y llevar a todos los que pueda a tu presencia.

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

Para este paso los invito a volver a ver sobre esta frase «Trabajen no por el alimento de un día sino por el alimento que permanece y da vida eterna»

Acción, ¿A que me comprometo con Dios?

Ir al encuentro con Jesús a su palabra y en especial a la Eucaristía. Buscar en reino de Dios y su Justicia y lo demás llega por añadidura.

Acerca de Ramón Emilio Jímenez

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