Lectio Divina Dominical XX del Tiempo Ordinario Ciclo A

«Tienes mucha fe. ¡Que se realice lo que quieres!»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Isaías 56, 1. 6-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 67(66), 2-3.5.6.8
SEGUNDA LECTURA: Romanos 11, 13-15.29-32

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

-Amén-

TEXTO BÍBLICO: Mateo 15, 21-28

21 Jesús se fue de allí y fue a la región que está cerca de las ciudades de Tiro y Sidón. 22 Cierta mujer cananea, que vivía en esa región, se le acercó gritando: “Señor, hijo de David, ten piedad de mí. ¡Mi hija está terriblemente dominada por un demonio!”

23 Pero Jesús no le respondió nada. Entonces los discípulos se acercaron a Él y le rogaron: “¡Envíala lejos, porque ella viene detrás de nosotros gritando!”

24 Jesús respondió: “Fui enviado sólo para las ovejas perdidas del pueblo de Israel”.

25 Entonces ella se arrodilló delante de Él y le dijo: “Señor, ayúdame”.

26 Jesús le dijo: “No es correcto tomar el pan de los niños y tirarlo a los perros”.

27 Pero ella dijo: “Sí, Señor, pero incluso los cachorros comen las migajas que caen debajo de la mesa de sus dueños”.

28 Jesús le respondió: “Mujer, tienes mucha fe. ¡Que se realice lo que quieres! Y en ese momento su hija fue sanada.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

San Mateo nos presenta en este texto una síntesis de su insistencia en el tema de la salvación universal.

Para él es muy importante destacar la gran estima que Jesús tiene por los pueblos paganos llamados a la fe. Sin embargo la salvación de los “gentiles”, es decir de los que no son del pueblo elegido, debe pasar por el plan de Dios que eligió a Israel para llevar la Buena noticia de Salvación.

Hay que partir que Mateo dirige su Evangelio a una comunidad judeo – cristiana, que se pregunta si está bien compartir el pan Eucarístico con los paganos recién convertidos al cristianismo que no han participado en el pueblo de Israel. Desde esta premisa partimos el estudio del texto.

La mujer viene pidiendo a los gritos a Jesús y lo reconoce con el título de “Hijo de David”, que su hija está poseída por un demonio. Y Él no responde.

Los discípulos intervienen no por compasión a sus necesidades, sino para que ya no siguiera gritando detrás de ellos, pues parece que les molestaba. Es cuando Jesús interviene, aparentemente con una dureza en sus respuestas, que no esperamos del Mesías, pero leyendo todo el texto en su contexto, nos damos cuenta que Jesús, está buscando que aflore la fe de esta mujer.

Aquí vemos entonces cómo la insistencia de la mujer, se transforma en la humildad de responder a Jesús que le ha dicho que el pan de los hijos no es bueno dárselo a los perritos, y ella reconociendo al Hijo de David, le devuelve la frase diciéndole que aún los perritos comen de lo que cae de la mesa de los hijos… Algo célebre, que tal vez sólo la desesperación de una madre puede llegar a decir.

Jesús alaba a la mujer por su fe y le dice que por creer, su hija ya está curada del mal que la poseía.

Mateo resalta que la condición para entrar al Reino es una fe auténtica, que no retrocede ante ninguna dificultad. La fe es una confianza ciega en que es posible para Dios, todo lo bueno para el ser humano.

Con su actitud humilde, pero insistente, la mujer extranjera da testimonio de tener hacia Jesús una consideración que no han demostrado tener los maestros de la Ley, ni los habitantes de Nazareth. Es más ni siquiera sus propios discípulos han demostrado una fe como ella. Por eso también vemos que la fe es un don que el Padre Dios ofrece a todos sin distinciones.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿A qué región se fue Jesús?
  2. ¿Quién salió al paso y qué le decía?
  3. ¿Cómo era la forma de expresarse?
  4. ¿Qué hizo Jesús en un primer momento?
  5. ¿Qué le dijeron los discípulos a Jesús? ¿Por qué le dijeron eso?
  6. ¿Cuál fue la contestación de Jesús?
  7. ¿Qué dijo entonces la mujer ante la contestación de Jesús?
  8. ¿Qué dijo Jesús ante las palabras de esta mujer extranjera?
  9. ¿Qué pasó con la hija de esta madre?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. Hoy es muy frecuente intentar de todas maneras de tapar los problemas que tenemos, incluso esconderlos y buscar cosas que nos entretengan y nos aíslen de los mismos. ¿Cómo te mueves tú frente a las necesidades y problemas? ¿Sales a buscar a Jesús como primera instancia?
  2. ¿Cómo es tu oración de petición a Jesús?
  3. ¿Te desanimas si al primer intento no logras lo que necesitas?
  4. ¿Puedes hacer una lista de las cosas que crees que necesitas? Vuelve a mirar esa lista y realmente con sinceridad de corazón pregúntate ¿cuáles de ellas son verdaderamente necesarias para tu vida de fe? ¿Cuáles son superfluas?
  5. La mujer extranjera incluso le dice al Señor desde sus propias palabras lo que necesita. ¿Tomas tú la Biblia para buscar todas las promesas del Señor y se las dices?
  6. ¿Es la Palabra de Dios tu fuente principal de oración, con lo que te nutres diariamente?
  7. Si tuvieras que ponerle un porcentaje a tu fe ¿Qué pondrías tú? ¿Cómo crees que el Señor evaluaría tu fe?
  8. ¿Sabes entonces ahora cómo debes obrar para aumentar la fe?
  9. ¿Te gustaría que el Señor te alabara a ti por tu fe? ¿Entonces qué esperas?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora
Gracias por que vienes a mí en este momento de mi vida a recordarme mi fe
Gracias por alimentar mi fe
Vengo a presentarme hoy ante Ti, para que me ayudes.
Señor, necesito de ti, necesito de tu amor, de tu compasión. Hay muchas cosas que me entretienen y me sacan por completo de la dirección que Tú deseas para mí.
Señor, que tenga la fe de esta madre que hoy se nos presenta en el Evangelio, que sea capaz de salir detrás de Ti para pedirte me ayudes, me cambies la vida y el corazón.
Señor, yo creo que Tú, todo lo puedes. Aquí estoy con lo poquito que tengo. Vengo a que me transformes.
El milagro que te pido hoy, es que aumentes mi fe, para que pueda creer en Ti y creerte a Ti.
Quiero ser tu discípulo Señor, quiero seguirte, pero necesito fe.
Gracias Señor por considerarme hoy y aumentarme la fe.

Hacemos un momento de silencio para responder al Señor y demos gracias porque nos llena de alegría.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

-Amén-

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«tienes mucha fe. ¡Que se realice lo que quieres!»
(Versículos 28b)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, hacer un repaso lento de esta lectura tan importante del Evangelio, viendo si me identifico con alguno de estos personajes. Pero ver la forma en que puedo parecerme a la mujer extranjera para pedir a Jesús que me asista. Preparar una lista de las necesidades espirituales más importantes y hacerse una propuesta de insistirle a Jesús que me ayude, especialmente en mi fe. Orar de tal manera que puedan los demás notar un cambio en mi vida. Y externamente busca a alguna persona amiga o conocida que necesite una palabra de aliento, un gesto oportuno y que le ayudes con tu testimonio a encontrar a Jesús y su fe en Él.

En el grupo, hagan una discusión de todo lo que nos impide creer de verdad en estos días. Cuáles son los verdaderos obstáculos que tenemos que nos apartan de la fe. Y hacer una propuesta grupal de poder enfrentar alguno de esos obstáculos. Como siempre iremos como grupo durante esta semana a visitar a personas que lo necesiten. Puede ser una familia que necesita ayuda en la casa, o cuidando niños o enfermos, o personas ancianas. Sería importante si visitan ancianos que ellos también les den sus opiniones de cómo mantenerse en la fe, pues son estas personas las que tienen la sabiduría.

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