Evangelio del día – Lectio Divina Juan 20, 24-29

Lectio Divina por Carmen Amelia Reyes Lizcano de Venezuela

Buenos días hermanos y amigos, a continuación la Lectio Divina
Lectio Divina
Fiesta de Santo Tomás, apostol

Invocación al Espíritu Santo
Espíritu de Dios, en esta mañana en que inicio mi semana laboral, quiero pedirte sabiduría y entereza; sabiduría para entender la voluntad de Dios en la Palabra que vamos a meditar y entereza para poder cumplirla en medio de la adversidad. Amén

LECTURA 📚📖 Jn 20,24-29
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
-«Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó:
-«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
-«Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás:
-«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás:
-«¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo:
-«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Este episodio del Evangelio que se enmarca en el contexto de la resurrección,  nos presenta el testimonio de dos apariciones del Señor, en la primera no estuvo presente el apostol Tomás, pero los otros le contaron 《Hemos visto al Señor》, sin embargo Tomás no creyó y manifestó que solo lo haría si metía los dedos en los hoyos de los clavos y la mano en el agujero del costado. En la segunda, pasada una semana, volvió Jesús en medio de ellos, deseándoles la paz, inmediatamente solicitó a Tomás que cumpliera con aquello que había dicho y que metiera sus dedos en los agujeros de los clavos y el costado. Tomás manifestó 《Señor mío y Dios mío》

MEDITACIÓN
Nuestra fe generalmente está sujeta a manifestaciones sensibles a nuestros ojos, tacto, vista… muy pocas veces creemos sin ver, hemos construido una cultura de la desconfianza, donde necesitamos siempre pruebas de las cosas. Anhelamos ser como nos pide el Señor «no incrédulos, sino creyentes». También pienso en los testigos, los que le dijeron a Tomás 《Hemos visto al señor》 ¿Soy cómo ellos? ¿mi vida, mis acciones,  mis palabras, dan testimonio de que he visto al Señor? ¿soy capaz de presentar al Señor a aquellos que no lo han visto? ¿soy como Tomás?  ¿Quiero siempre pruebas tangibles de los milagros de Dios en mi vida? ¿soy incrédula o creyente?

ORACIÓN
Señor:
Cuanta riqueza has aportado en mi vida, cuanto milagro cada día… no necesito más pruebas que el aire que respiro, creo Señor, creo en tí y en tu presencia en mi vida. Quiero ser testigo de tu resurrección y comunicarle a todos 《He visto al Señor, he visto al Señor y está vivo》. En medio de la dificultad acudo a ti, a tu presencia en mi vida, no quiero ser incrédula,  quiero ser creyente y manifestar junto a Tomás 《Señor mío y Dios mío》 y así poder sentir la alegría de creer sin haber visto. Amén

CONTEMPLACIÓN
Repite con fervor:
Soy dichosa/o porque creo sin haber visto

ACCIÓN
Hoy en particular,  a pesar de las adversidades y tristezas por la situación que atraviesa mi amado país,  me compromete a ser testigo alegre de la resurrección del Señor, particularmente en mi trabajo y en mi familia.

Gracias a Dios que nos ha permitido orar con su Palabra

Acerca de Carmen Amelia Reyes Liscano

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