Evangelio del día – Lectio Divina Juan 2,13-22

Lectio Divina
Carlos Iván Mendoza de Panamá ✍🏻 🇵🇦

Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Lectura del Santo Evangelio según Juan 2,13-22 📖
Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado.» Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito:

Los judíos entonces replicaron diciéndole: «Qué signo nos muestras para obrar así?» Jesús les respondió: «Destruid este santuario y en tres días lo levantaré.» Los judíos le contestaron:

«Cuarenta y seis años se ha tardado en construir este santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del santuario de su cuerpo. Cuando fue levantado, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
Palabra del Señor.

1.Lectura: ¿Qué dice el texto?
El templo era el centro de la vida judía. Jesús no está en contra del templo, sino en lo que ha llegado a ser: un mercado en vez de un lugar de oración.

El Templo representa el lugar y la presencia de Dios. Jesús declara que se encontrará un nuevo Templo en su propio cuerpo resucitado. En vez de que la presencia de Dios esté confinada a un único sitio geográfico, Dios estará en todas partes, haciendo que todas las cosas y todos los tiempos sean potencialmente sagrados.

“Nosotros somos el Templo de Dios en el mundo”, escribió san Pablo. Y si tomamos estas palabras junto con las del Evangelio de hoy nos pueden llevar a reflexionar sobre como nosotros en muchas ocasiones hemos convertido nuestro templo de Dios (nuestro cuerpo) en un mercado, hemos hecho con nuestro cuerpo un sinnúmero de atrocidades convirtiéndolo en instrumento de pecado, muerte y desdicha en lugar de ser un cuerpo que honre la presencia de Dios, que ame y que viva según la voluntad de Dios.

2. Meditación: ¿Qué me dice Dios en el Texto?
Preguntémonos lo siguiente:

• ¿Soy consciente de que mi cuerpo es templo de Dios?
• ¿Mi cuerpo ha sido instrumento de glorificación a Dios o de ofensa a Dios?
• ¿Procuro mantener limpio el templo de Dios?

3.Oración: ¿Qué le respondo a Dios?
Padre amado, perdón por las innumerables veces que he convertido el templo de Dios en templo de pecado y muerte, te pido que por tu bondad infinita borres mis culpas y purifiques toda suciedad o impureza que en nosotros pueden habitar, por tu poderosa mano te lo rogamos Padre bueno. Amén. 🙏🏻

4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?
«Quitad esto de aquí. No hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado.»

5. Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Procurar ser templo digno de la presencia del Espíritu Santo.

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