Evangelio del día – Lectio Divina Juan 6, 52-59

Lectio Divina por Eduardo Pineda de Guatemala

Viernes III Semana de Pascua Ciclo B

Queridos hermanos, les saluda Eduardo Pineda de Guatemala, y les comparto la Lectio Divina de hoy, 23 de abril de 2021.

0.    Invocación al Espíritu Santo

Hoy Espíritu Santo, vengo a tu encuentro en esta oración pues reconozco que tengo hambre y sed de Ti. Te pido que avives en mi interior este deseo de estar en comunión contigo para que en todo lo que haga busque siempre tu rostro. Haz Santo Espíritu que tu Palabra penetre mí ser y alimente mi alma. Amén.

1.    Lectura, ¿Qué dice el texto?

Evangelio según san Juan 6, 52-59

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:

«¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».

Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaúm.

+Palabra de Dios

¿De qué discuten los judíos?

¿De qué les habla Jesús?

¿Comprenden el mensaje?

2.    MEDITACIÓN.  ¿Qué me dice el texto a mí?

Dos temas destaca el texto,

1) El tema de la murmuración, aquella del tiempo del éxodo contra Dios y ahora contra Jesús. Resaltando así la analogía de las reacciones;

a) los judíos murmuraban.

b) porque Jesús dijo que bajó del cielo.

c) y se preguntaban ¿quién es este?

d) que “dice” que ha bajado del cielo.

e) y Jesús los encara para que dejen de murmurar.

2) “Pan del Cielo les dió de comer”  – Evangelio según san Juan 6, 52-59

Palabras muy elaboradas las de Jesús ante la pregunta/duda de los judíos: ¿Cómo puede éste a darnos de comer su propio cuerpo? Una pregunta que, de una u otra forma, muchos en la actualidad siguen haciendo respecto a la Eucaristía; dicen: el pan es pan y el vino es vino, no le demos más vueltas.  La comparación con el maná es apropiada, con la diferencia de que aquellos murieron. Ahora Jesús es el nuevo maná/pan de Vida. Su Vida resucitada, eucaristizada, se prolonga en nosotros cada vez que nuestro espíritu receptivo se abre a su alimento. Es un salto cualitativo: Él es verdadera comida y bebida porque la perspectiva es nueva; ya no estamos en una dimensión puramente material, es una dimensión de fe, de prolongación de aquel gesto de la Última Cena, de unidad y común unión; en definitiva, de fe total a la persona de Jesús, que quiso quedarse a Él mismo como alimento fortalecedor de nuestras vidas débiles e indefensas.  

A) El pan del cielo se lo dio Dios y no Moisés, y ahora es Jesús quien da el verdadero pan del cielo.

B) El pan del cielo que Jesús da, no es el maná, sino su Palabra, Palabra del Padre para que el ser humano viva en ella, 

C) La comida del pan de vida tiene lugar en la celebración Eucarística.

Desde entonces, las reuniones y encuentros entorno a la mesa para disfrutar de la reconciliación, de la Palabra, del Pan de Vida, tienen el sabor de auténtica pascua, de paso del Señor que se queda entre nosotros y no de cualquier forma, sino de la mejor forma: saciando nuestra hambre y sed de Vida.

A partir del Discurso del Pan de Vida, la celebración de la Eucaristía recibe una luz muy fuerte y una enorme profundización. ¿Cuál es la luz que estoy percibiendo y qué me ayuda a dar un paso?

  • Comer la carne y la sangre de Jesús, es el mandamiento que él nos da. ¿Cómo vivo la Eucaristía en mi vida? Aunque no pueda ir a Misa todos los días o los domingos, mi vida debe ser Eucaristía. ¿Cómo alcanzar este objetivo? ¿Dudo que Jesús es el pan del cielo? ¿Reconozco en verdad que Jesús me alimenta? ¿Reconozco su Palabra para que yo pueda vivir en ella?

3. ORACIÓN. ¿Cómo le respondo al Señor?

Gracias Señor, pues me ayudas a reconocer que tengo hambre del Pan verdadero que baja del Cielo, y te pido que siempre en mi vida busque saciar mi hambre y sed de infinito en el encuentro personal contigo.

Amén

4. CONTEMPLACIÓN.

¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios en mi vida?

Recojamos en nuestro interior la frase: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.”

5. ACCIÓN. ¿Cómo demuestro a mis hermanos que el Señor me alimenta?

Lleva algún alimento a una persona necesitada, y trata de dialogar con esta persona sobre el alimento verdadero que da vida eterna.

Que el Señor te bendiga hoy y siempre querido hermano cristonauta.

 

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