Evangelio del día – Lectio Divina Juan 8, 51-59

Lectio Divina por Marta Alejandra Nuñez de México

Hola hermanos Cristonautas, los invito a reflexionar La Palabra de Dios a través de nuestro ejercicio de Lectio Divina

Invocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo llena mi corazón de paz y da sabiduría a mi mente para poder entender tu Palabra, permíteme tener un momento de intimidad contigo en la oración y ayúdame a escuchar lo que el día de hoy me quieres decir.
Amén.

Evangelio según San Juan 8, 51-59.
Jesús dijo a los judíos:
“Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”.
Los judíos le dijeron: “Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: ‘El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás’.
¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?”.
Jesús respondió: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’, y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: ‘No lo conozco’, sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a Su Palabra.
Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría”.
Los judíos le dijeron: “Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham?”.
Jesús respondió: “Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”.
Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
Palabra del Señor.

1. Lectura, ¿Qué dice el texto?
La lectura del evangelio inicia con una frase de Jesús, “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás”. Por lo cual para los judíos esta afirmación les causaba escándalo y no lograban comprender lo que el Señor les quería decir, ya que traían a su mente los grandes hombres de la historia de Israel, desde Abraham pasando por los profetas, y le replicaban que ninguno había superado la realidad de la muerte, es por eso por lo que tacharon a Jesús de endemoniado. Sin poder ver más allá de lo que Jesús les decía ya que Él no se refería a una vida terrenal sino a la vida eterna.

Ante el cuestionamiento de los judíos ¿Quién pretendes ser tú? Jesús que está estrechamente unido al Padre, y su gloria proviene de Él, les responde: “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman ‘nuestro Dios’, y al que, sin embargo, no conocen.
Jesús acusa a los judíos de llamar cotidianamente “nuestro Dios”, al Padre que en verdad no conocen. Esto habrá sido un golpe duro para los judíos que estaban presentes allí, que por muy piadosos se tenían.
“Abraham, el padre de ustedes se llenó de alegría al ver mi día”, con esta frase los judíos se encolerizaron más aún. El “Día”, evoca la expresión el “día del Señor”, y Jesús se la apropia para referirse a su venida como el enviado de Dios, y Abraham, vio proféticamente este “día” de Jesús, en el nacimiento inesperado de Isaac, fruto de su mujer estéril, pero en el fondo el objeto de la alegría de Abraham es Jesús.

“Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy”. Jesus hace referencia a que Él ya existía, a que Él mismo es Dios, sin embargo, los judíos no lograban comprender sus palabras.
Después de estas palabras intentaron apedrearlo, pero aún no había llegado su “hora”, con esto la intolerancia del pueblo hacía Jesús quedo al descubierto una vez más.

2. Meditación
Para meditar La Palabra de Dios es importante descubrir el mensaje que el Señor de forma personal nos regala, preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:

1. ¿Qué significa para mí, ser fiel a la Palabra del Señor? ¿Basta solo con creer? ¿La fidelidad a la Palabra implica vivir lo que creo? ¿Confronto mi vida, a la Luz de la Palabra del Señor?
2. ¿Tengo presente que, de mi fidelidad al Señor, dependerá mi salvación?
3. ¿Soy como Abraham, que se alegra por haber conocido al Señor? ¿Cómo se manifiesta esta alegría en mí vida?
Jesús nos invita en este evangelio a proclamar con nuestra vida y nuestras acciones el amor misericordioso del Padre. Sólo el amor a Dios dará la vida y el sentido al mundo. Nuestra misión es la de trasmitir el amor de Dios y su misericordia. Hagamos de nuestra vida una auténtica vocación al amor, viviendo para servir a los demás.

3. Oración
Señor, gracias por permitirme conocerte y poder experimentar tu amor en donde quiera que me encuentro, te pido que me ayudes a poder tener un encuentro más profundo contigo a través de Tu Palabra, que me hagas ser dócil para cumplir con tu voluntad, para poder ser parte de tus promesas y alcanzar la vida eterna. Amén.

4. Contemplación
Interioriza y contempla en tu corazón las Palabras de Jesús:
“Les aseguro que el que es fiel a mi Palabra, no morirá jamás”. (Repetimos)
“Les aseguro que el que es fiel a mi Palabra, no morirá jamás”.
“Les aseguro que el que es fiel a mi Palabra, no morirá jamás”.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

5. Acción
¿Qué compromiso asumiré para ser fiel a la palabra del Señor? Actuaré conforme a la Voluntad del Señor, me esforzaré por ser fiel a su palabra a través de acciones concretas; como mostrando con alegría la dicha de conocerle, y en estos días de cuaresma dejaré de lado acciones que hacen que me aleje del Señor.

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