Evangelio del día – Lectio Divina Jueves Santo en la Cena del Señor

Jueves Santo en la Cena del Señor

«Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte»

032416 Jn 13, 1-15

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios.

Amén.

Evangelio según San Juan 13, 1-15.

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?».
Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás».
«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!».
Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos».
El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios».
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.»

Palabra del Señor.

1. Lectura, ¿Qué dice el texto?

Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?».
Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás».
«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».

«¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.»

Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

2. Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

El lavar los pies no era un acto de purificación de la conciencia sino un servicio de esclavo, que aquí es muestra de amor. Jesús quiere mostrarnos que el servir es uno de los actos más misericordiosos, humildes, de amor que no juzga en capacidades, en dones; es decir lo importante es dar amor sin importar que, aunque no comprendamos porque. El Señor siempre se acerca a nosotros, ¿Dispongo mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mi voluntad, mi mente para que el Señor me sirva?; al igual que Pedro no entendemos porque el Señor, no importando quienes somos y como somos, ahí está siempre para darnos amor, ¿Qué le diría a Jesús si me dijera: «Si yo no te lavo o te sirvo, no podrás compartir mi suerte»?; el Señor dijo: Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes, ¿He seguido y sigo el ejemplo del Señor?

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

3. Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

Señor, quiero siempre estar dispuesto de corazón, de alma, de cuerpo para que me sirvas y yo ser tu instrumento para servir, es cierto no entiendo que hay más allá, solo sé que el servir y dar amor es el principio, la puerta que abre a tu Reino y es así como compartiré tú misma suerte. Seguramente no sigo muy bien tu ejemplo, pero de algo si estoy seguro, que hago mi mejor esfuerzo y doy mi mejor voluntad por seguirte, ayúdame mi Señor para que cada día, cada momento este más cerca a tu ejemplo.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?

Cada uno pone sus intenciones.

Amén.

4. Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

«Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte». (R)

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

5. Acción, ¿A que me comprometo con Dios?

  1. Tomemos un tiempo, dispongamos todo lo que somos, nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestro corazón y nuestra mente y dejemos que el Señor nos sirva.
  2. Vayamos al templo y sirvamos hoy que inicia el Triduo Pascual.
  3. Vayamos con algún amigo, hermano, o alguien y sirvamos dando algo de nosotros.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

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