Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 15, 1-3. 11-32

Lectio Divina por el Padre Gabriel M. Ola Velásquez, osb – Monje Benedictino – Monasterio San Bernardo Tolomei- Boca del Monte, Guatemala C.A.

Sábado II Semana de Cuaresma Ciclo B

Invocación al Espíritu Santo

-Cardenal Verdier-

Oh Espíritu Santo, /Amor del Padre, y del Hijo, /Inspírame siempre lo que debo pensar, /lo que debo decir, /cómo debo decirlo, /lo que debo callar, /cómo debo actuar, /lo que debo hacer, /para gloria de Dios, /bien de las almas /y mi propia Santificación.

Espíritu Santo, /Dame agudeza /para entender, /capacidad para retener, /método y facultad para aprender, /sutileza para interpretar, /gracia y eficacia para hablar. /Dame acierto al empezar /dirección al progresar /y perfección al acabar. 

Amén.

LECTIO ¿Qué dice el texto?

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (15,1-3.11-32):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: 

«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes.

No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Palabra del Señor

Meditatio ¿Qué me dice Dios con el texto?

– La murmuración de los Escribas y Fariseos, lleva a Jesús a presentarnos tres sorprendentes parábolas, que la Liturgia hoy nos presenta la tercera de ellas presente en este capítulo. Así Jesús presenta el verdadero rostro del Padre.

-Adentrándonos en el texto veo, como la libertad del hijo menor de irse de casa, se degrada en libertinaje extremo.

-Las consecuencias que esta lejanía de Casa tiene y que lo lleva casi al exterminio total. El signo de los cerdos es muy significativo.

-El hijo menor, como solo entrando en sí mismo, puede reaccionar, y mediante el arrepentimiento, un profundo acto de contricción y una resolución de cambiar lo hace ponerse en camino.

-La Misericordia del Padre que me viene al encuentro inmediatamente y tiene también sus beneficios inmediatos, Dios no nos hace esperar, solo desea que volvamos a casa. Resueltos a cambiar de vida, a convertirnos.

Oratio ¿Qué le digo a Dios?

Pido al Señor que me permita abandonarme en su Misericordia de Padre, como ese hijo que contemplamos en el Evangelio de hoy, sumergido con suma confianza en el seno de su Padre. 

Gracias quiero darte Dios por amarme, y acogerme con tanta ternura después de que te fallé, soy feliz porque te conocí; te conocí y te amé; te pedí perdón y me escuchaste, hoy yo quiero ser un protagonista más de esta historia del amor misericordioso. Y dar testimonio con mi vida luminosa, para que tantos otros hijos pródigos que vagan por el mundo puedan volver también a este Padre que nos ama con locura, con pasión, con inmensa ternura y nos ofrece su Consuelo.

Contemplatio ¿Cómo interiorizo el tema?

-Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

-Este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.

Actio ¿A qué acción me comprometo?

Me comprometo a nunca desesperar de la Misericordia de Dios, acudir siempre al Sacramento de la Reconciliación con suma Confianza.

Y cuando me toque perdonar, perdonaré con la fuerza de amor que yo he sido perdonado. Mostrando así mi gratitud a Dios. Para pregonar este mensaje de Misericordia del Padre.

 

Acerca de P. Gabriel Ola

Monje y Sacerdote de la Congregación Benedictina de Santa María de Monte Oliveto OSB - Prior Conventual del Monasterio San Bernardo Tolomei en Boca del Monte, Villa Canales - Guatemala y VI Definidor del Abad General.

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