Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 4, 16-30

Lectio Divina por Gabriel Rejala de Paraguay

Invocación al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, ven espíritu de amor, ven espíritu del Padre y del Hijo, y acompáñame en este recorrido, ayúdame a vaciar mi mente y mi corazón de las distracciones de este mundo, ayúdame a encontrarme con mi salvador a través de su palabra.

Evangelio según San Lucas 4, 16-30

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo” y’ “haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún”.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

1. Lectura: ¿Qué dice el texto?

En el evangelio vemos como Jesús inicia su vida apostólica en el templo de su pueblo, se presenta como el que viene a cumplir las Escrituras y a llevar a cabo el plan de salvación de Dios. Su predicación causa polémica, porque no comprenden cómo el hijo de José puede hablar con mucha autoridad de parte de Dios. Por ello piden milagros para confirmar la verdad de sus palabras
Jesús responde nombrando a dos profetas del Antiguo Testamento: Elías y Eliseo, quienes hicieron signos prodigiosos a favor de paganos. Estas palabras generan indignación, porque Jesús presenta un Dios que salva a los paganos o sea a los no-judios.
Los que estaban en el templo se pusieron furiosos y empujaron a Jesús fuera del pueblo hasta un barranco, con intención matarlo, pero El sólo pasa en medio de ellos y se aleja.

2. Meditación: ¿Que me dice el Texto?

Este evangelio me recuerda que la misión de Cristo es primeramente con los que están más alejados, con los excluidos de este mundo, pues ellos son los que más necesitan del amor y protección de Dios.
Él nos desafía a abandonar la envidia, el egoísmo, la soberbia, a terminar con la mentalidad que nos impulsa a creer que somos mejores que los otros y que para alcanzar la salvación deben ser como nosotros.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Soy como los Judíos “con-ciudadanos” de Jesús que ya se sienten como los elegidos de Dios, y que no abren los ojos hacia los que sufren y que son marginados vida social y comunitaria de hoy día?.
2. ¿O soy como los paganos, “el pueblo elegido por Dios” pero que siente una tremenda necesidad de conocer, acercarse y dejarse curar por Jesús?.

3. Oración: ¿Qué le respondo a Dios?

Gracias, Señor, por el don de mi fe que me lleva a reconocerte en el amor, que me mueve practicar la caridad. Ayúdame a abrir los ojos hacia los que más necesitan, ayúdame a vencer el miedo y el aislamiento personal, permíteme entender que no soy superior a nadie, sino que alguien tan pequeño que necesita siempre ser curado por ti.

4. Contemplación: ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

Repetimos estas frases hasta que sean parte de nuestra vida cotidiana
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido”
” Hoy mismo se cumplen estas Palabras”

5. Acción ¿A qué me comprometo con Dios

A revisar mi actuar diario, para ver si realmente ayudo a los excluidos de mi comunidad o soló me quedo tranquilo estando cerca de Jesús.
En esta crisis de la pandemia a estar más atento por las necesidades y sufrimientos de mi comunidad, a tratar de no aislarme en mi comodidad y en mi miedo personal.

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