Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 6, 39-42

Lectio Divina por José Tomás Otamendi González De Argentina

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Dios de bondad y misericordia, tú que quisiste redimir al hombre con la Sangre de Cristo en la cruz míranos siempre con amor, haz que cuantos creemos alcancemos a mirar en nuestro prójimo las maravillas y bondades de tu plan de salvación mediante la acción constante de tu Espíritu Santo, que nuestra Madre María siempre nos acompañe de la mano y nos haga alcanzar la humildad y sencillez para acercarnos al otro sin prejuicios. Por nuestro Señor.

LECTURA

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 39-42

Les añadió una parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Será como el maestro cuando esté perfectamente instruido. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: `Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.

MEDITACIÓN

Hoy escuchamos la parábola del ciego que guía a otros ciegos, ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?” esta cita está enfocada principalmente a los responsables y/o animadores de las comunidades que se consideraban dueños de la verdad absoluta, creyendo ser superiores a los otros, ellos serían guías ciegos.
Por eso no podemos perder de vista que “Ningún discípulo es mayor que el maestro; será como el maestro cuando esté perfectamente instruido”. Jesús es el Maestro por excelencia. No es un maestro común que da clases y enseña a un grupo reducido de personas. Jesús convive y enseña su propia vida, entendiendo que el discípulo está obligado a ver en el Señor el único modelo que debe imitar comprometiéndose con el destino de su maestro hasta convertirse en un Jesús más para sus hermanos.
Lucas 6,41-42: La brizna en el ojo del hermano. “¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? Es un llamado de atención claro a dejar de ser hipócrita, a sacar primero la viga de nuestro ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. Es muy común encontrar lo malo solo en los demás, nos atrevemos a juzgar y señalar a los demás, sin darnos cuenta que debemos primero encontrar la viga de nuestro ojo.

ORACIÓN

Señor hoy me invitas a hacer una revisión primero de mis faltas, a ver lo bueno y bonito de mi hermano para no caer en la crítica y juzgar su forma de ser, sin antes ver mis defectos, y a la luz de tu amor no caer en soberbia de creer ser mejor que los otros.

CONTEMPLACIÓN

¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?
¿Soy capaz de ver más las cosas buenas que tiene mi prójimo o es más fácil criticarlo y señalar su forma de actuar porque no la considero correcta?

ACCIÓN

Hoy me comprometo a no juzgar a nadie, para concentrarme en conseguir la viga que está en mi ojo

Acerca de José Tomás Otamendi

Joven dinámico, dispuesto y entregado al trabajo juvenil en mi país

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