Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 8, 1-3

Lectio Divina por Erinson De Jesús Bustamante De Venezuela

0. Invocación al Espíritu Santo

(Me doy unos segundos para respirar: inhalo, tomo aire, exhalo). Recibo al Espíritu que es soplo, lo hago varias veces y digo pausadamente:

Ven, Espíritu del Padre
E inspirame el ser y vivir como siendo Buena Noticia para mis hermanos y hermanas.

Ven, Espíritu Santo Creador
Oh fuego que alienta la vida,
Soplo que nos hace andar.

Pedimos tu presencia por medio de aquella mujer que escuchó tu palabra y la puso por obra: Dios te salve María…

Del santo evangelio según san Lucas (7,36-50):

Un fariseo lo invitó a comer. Jesús entró en casa del fariseo y se sentó a la mesa.
  En esto, una mujer, pecadora pública, enterada de que estaba a la mesa en casa del fariseo, acudió con un frasco de perfume de mirra, se colocó detrás, a sus pies, y llorando se puso a bañarle los pies en lágrimas y a secárselos con el cabello; le besaba los pies y se los ungía con la mirra.
  Al verlo, el fariseo que lo había invitado, pensó: Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer lo está tocando: una pecadora.
  Jesús tomó la palabra y le dijo:
   —Simón, tengo algo que decirte.
   Contestó:
   —Dilo, maestro.
  Le dijo:
   —Un acreedor tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y otro cincuenta. Como no podían pagar, les perdonó a los dos la deuda. ¿Quién de los dos lo amará más?
  Contestó Simón:
   —Supongo que aquél a quien más le perdonó.
   Le replicó:
   —Has juzgado correctamente.
  Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón:
   —¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies; ella me los ha bañado en lágrimas y los ha secado con su cabello. Tú no me diste el beso de saludo; desde que entré, ella no ha cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con perfume; ella me ha ungido los pies con mirra.
  Por eso te digo que se le han perdonado numerosos pecados, por el mucho amor que demostró. Pero al que se le perdona poco, poco amor demuestra.
  Y a ella le dijo:
   —Tus pecados te son perdonados.
  Los invitados empezaron a decirse:
   —¿Quién es éste que hasta perdona pecados?·  Él dijo a la mujer:
   —Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

Palabra del Señor.

1. Lectura  ¿Qué dice el texto?

¿Quien invito a comer a Jesús?
¿Quiénes la mujer que se acerca a la comida? ¿Porqué lo hace?
¿Cuales son las actitudes de esta mujer ante Jesús?
¿Cómo responde el fariseo a esta relación de Jesús con la mujer?
¿Que enseñanza da Jesús a partir de este acontecimiento?

Este evangelio nos sitúa ante la actividad cotidiana de Jesús. El sigue compartiendo con todos y todas. Para el toda ocasión en propicia para comunicar la buena noticia.
Hoy es invitado a comer con un fariseo, quienes no creían en El, y se hace evidente en el mismo texto. Su invitación no es genuina, de hecho no lo recibe como se recibe a los invitados y Jesús se lo muestra, porque a diferencia de este que se considera justo, la mujer a quien este llama pecadora lo ha tratado con honores: su sencillez, su gratitud, su humildad, con gestos y hechos concretos.
Jesús aprovecha para romper esquemas, reivindica a la mujer y reconoce con alto valor su acción genuina; se vale de ellos para dejar claro que la medida del amor es amar sin medida y que sólo de la experiencia de sentirse amado se puede vivir la experiencia de ser perdonado.
Jesús comunica la paz y es tan profunda que conmociona a los demás presentes.

2. Meditación  ¿Qué me dice el texto?

Me voy del siglo I al siglo XXI, de la sociedad e iglesia de ayer y me pregunto ¿Que me quiere decir Jesús hoy?

A. Como Matsumoto: no somos lo que hacemos sino como lo hacemos.
¿En mi relación conmigo mismo y con los demás soy capaz de expresarme tal cual como me siento?
B. Muchas veces creemos tener la razón absoluta y la verdad de todo, en lo personal e institucional, excluyendo a hermanos y hermanas
¿Soy capaz de reconocer con compasión la bondad que hay en cada uno de los seres? ¿O juzgo según mis criterios?
C. Como dice Francisco: Dios nunca se cansa de perdonarnos, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón
¿Soy capaz de experiementar el amor de Dios reconociendo mis errores, pidiendo perdón a los demás, perdonandome a mi mismo y perdonando a los demás?

3. Oración  ¿Qué respondo al Padre?

Te invito a caminar física o mentalmente… Come con Jesús… Y acercate a Él.

[ ] Pido perdón por cerrarme a la novedad del Evangelio y a la propuesta de amor infinito.
(Pienso en nombres concretos y situaciones en las cuales he tenido estas experiencias)
[ ] Agradezco por su amor y porque no deja de perdonarme.
(Pienso en nombres concretos y situaciones en las cuales he tenido estas experiencias)
[ ] Pido al Padre me de un corazón sencillo para descubrir en cada acontecimiento, espacio y persona una oportunidad para comunicar su Buena Noticia.

Les propongo está canción para pedir a Jesús en oración que nos enseña a caminar como hombresy mujeres que construyen nueva humanidad:

4. Contemplación  ¿Qué resuena en mi vida?

Tu fe te ha salvado. Vete en paz.

A ti, ¿qué frase, palabra o expresión te resuena más?

5. Acción  ¿A qué me comprometo a partir de esta Palabra?

Proponte:
A. Reconoce la Buena Noticia que hay en cada persona, acontecimiento y espacio de tu día de hoy.
B. Disponte a poner mayor amor en cada acción que realices.
C. Haz una lista de tus desaciertos y procura transformarlos.
D. Conviertelo en práctica cotidiana.

Pedimos al Padre que se haga Su voluntad de vivir cómo hermanos y hermanas, juntos en un mismo amor. Por eso junto a Jesús decimos: Padre Nuestro…

Saludos desde Venezuela y un abrazo a cada uno/a hermanos y hermanas.

Acerca de Erinson de Jesús Bustamante

Nacido en Venezuela Estudiante de psicología. Agente de Pastoral Universitaria. Cristonauta. Aventurero, apasionado, soñador, caminante permanente.

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