Evangelio del día – Lectio Divina Marcos 1, 21b-28.

Lectio Divina por José Eduardo Ramírez desde Esquipulas, Guatemala.

Buenos días hermanos Cristonautas

Pongámonos en actitud de oración pidiendo el auxilio del Espíritu Santo:

Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo, ilumínanos para que podamos recibir, entender y hacer vida, tu Santa Palabra. Amén.

Leamos el texto:

Evangelio según San Marcos 1,21b-28.

Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
«¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre».
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros y estos le obedecen!».
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor, Jesús.

Releamos el texto:

Este pasaje del Evangelio según san Marcos, presenta las líneas de acción del ministerio de Jesús. Presentar la buena nueva de Jesús con una nueva doctrina con autoridad. Presentación que hace después de haber elegido a sus discípulos.

Hace esta presentación en el día sagrado, en un lugar sagrado y ante la comunidad sagrada, frente a un espíritu impuro, que contaminaba el entorno.

Jesús desde el inicio y al final es visto con asombro y reconocen la autoridad en sus palabras, reconocen esa nueva doctrina del Reino de Dios.

Volvamos a leer el texto y descubramos las frases que más nos impactan y que nos ayuden a profundizar en el texto.

Meditemos la Palabra:

Primero, el texto me lleva a preguntarme si ¿veo en las Palabras de Jesús autoridad? Si ¿acepto esa nueva doctrina de Jesús que lo llevó a entregarse por nosotros?

Segundo, ¿cómo es mi actuar ante el reconocimiento de Jesús como el Santo de Dios, con asombro y aceptación o como el espíritu impuro que no lo dejo actuar ni en mi vida, ni en la vida de la comunidad?

Tercero, ante el conocimiento que tengo de quién es Jesús, ¿lo transmito a los demás, permitiendo que se expanda esa buena noticia a los demás?

Y a ti, ¿qué te dice el texto que acabamos de leer?

Oremos desde la Palabra:

Señor, que con nueva doctrina nos llevas al verdadero conocimiento de la verdad, ponemos en tus manos el ministerio de cada uno de nosotros para que podamos servirte con verdadera entrega y sintamos en nuestro ser la autoridad que tus palabras tienen sobre nosotros. Expulsa de nuestro corazón esos espíritus impuros que pueden provocar que no hagamos vida tus palabras. Amén.

Ahora tú, ora según el texto te impulsa.

Contemplemos a Jesús por la Palabra.

Repitamos durante el día:

Jesús mío, Tú eres el Santo de Dios y yo hago tu voluntad.

Jesús mío, Tú eres el Santo de Dios y yo hago tu voluntad.

Jesús mío, Tú eres el Santo de Dios y yo hago tu voluntad.

Puedes repetir esta frase u otra que salga desde tu corazón para hacer tu contemplación.

Es tiempo de actuar:

La Palabra del Señor, no es estática, es viva y eficaz.

A mí me inspira a hacer un examen de conciencia sobre cómo desarrollo mis ministerios en la Iglesia, cómo funcionario de la Palabra o cómo un verdadero discípulo que hace la voluntad del Señor. Reviso también si no hay acciones que me convierten en un espíritu impuro que no permiten que el Señor viva en mi comunidad.

Y a ti, ¿a qué te invita la Palabra del Señor reflexionada el día de hoy?

 

Acerca de José Eduardo Ramírez Erazo

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