Evangelio del día – Lectio Divina Marcos 8, 13-21

Lectio Divina por Matías Quiroga de Argentina

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu, y serán creadas todas las cosas, y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios, que iluminas los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos el gustar todo lo recto y gozar siempre de tus consuelos, por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 8, 13-21

Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.

Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca.

Jesús les hacía esta recomendación: «Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes».

Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.

Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden?

Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen.

¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?».

Ellos le respondieron: «Doce».

«Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?». Ellos le respondieron: «Siete».

Entonces Jesús les dijo: «¿Todavía no comprenden?».

LECTURA:

El Señor aprovecha un acontecimiento cotidiano (no tenían pan) para dar una enseñanza por medio de una parábola (la levadura). Ésta enseñanza propone que “no pidan signos para poner a prueba a Dios” (Herodes y los Fariseos), porque “Él se encarga de los suyos tanto por medios ordinarios como extraordinarios” (Multiplicación de los panes), es decir que hará signos a su debido tiempo. Jesús se da cuenta de la “ceguera de sus apóstoles” que no logran comprender esta parábola de la levadura, e intenta llevarlos a comprender una de las dos premisas que la misma plantea: “Dios se encarga de los suyos con prodigios asombrosos”, pues cuanto menos pan, y más personas para alimentar, más sobra. De esta forma intenta que comprendan la parábola de la levadura, por medio de la cual Él no hablaba del pan, sino de poner a prueba a Dios.

MEDITACIÓN:

“No probar a Dios”, sino «Confiar» en la providencia. Si así lo quiere Él, realizará todos los signos que necesites para tu vida, pero no los pidas para ponerlo a prueba. El peligro de esta actitud se compara con la levadura, que en una pequeña cantidad es capaz de fermentar grandes proporciones de masa, es decir, de malograr tu vida de oración. 

ORACIÓN:

Señor, no permitas que un poco de la levadura de Herodes y los Fariseos se arraigue en mí. Que no fermente mi vida de oración y la confianza que has puesto en mi corazón.

CONTEMPLACIÓN:

“¿Todavía no comprenden?”

ACCIÓN:

¿Cuándo pido al Señor lo hago con verdadera confianza o lo estoy poniendo a prueba? Dejaré de insistir en aquello que sea para mí una forma de probar a Dios, aunque esté disfrazado de una buena intención.

 

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