Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 13, 1-9

Lectio Divina por el Padre Gabriel Ola de Guatemala

Miércoles XVI Semana Tiempo Ordinario Ciclo B

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,

llena los corazones de tus fieles,

y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creador

y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo;

haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien

y gozar de su consuelo.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Lectio

Del Evangelio según san Mateo 13, 1-9

  1. Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. 2.Y se reunió tanta gente junto a él, que hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. 3.Y les habló muchas cosas en parábolas. Decía: «Una vez salió un sembrador a sembrar. 4.Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. 5.Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; 6. pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. 7.Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. 8.Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. 9.El que tenga oídos, que oiga.»»

Palabra del Señor. 

¿Qué me dice la Lectura?

Nos encontramos en el capítulo 13 del Evangelio según san Mateo, uno de los capítulos más hermosos y de grandes enseñanzas. Tenemos aquí la narración de las parábolas. Su doble propósito es, por una parte revelar a los hijos del Reino grandes verdades espirituales escondidas en un lenguaje figurado; pero por el otro oculta las grandes riquezas de la sabiduría divina de aquellos hombres de duro corazón. 

Popularmente esta parábola es conocida como la del sembrador, aunque generalmente el enfoque está más en el terreno donde la semilla se sembró que en el mismo sembrador. 

Hasta este momento Jesús ha enseñado muchas cosas y ahora se encuentra en medio de una gran multitud que esta lista para oír una nueva enseñanza. Aunque todos escuchaban sus palabras, no todos respondían a esta de la misma manera a tal punto que en este momento decidió enseñarles la importancia de tener un corazón bien dispuesto para recibir la palabra de Dios y esta a su vez opere eficazmente en cada uno.

“El sembrador es el que siembra la palabra”; mientras que la semilla es la misma palabra de Dios: “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios”. La parábola describe 4 tipos de terrenos, donde cada uno de ellos representa 4 tipos de  corazones de los oyentes donde la Palabra de Dios es plantada durante la predicación. El propósito principal de la Palabra de Dios es llegar al corazón del oyente, para su transformación, sin embargo, no todos la reciben eficazmente de tal forma que pueda producir los frutos de conversión que el Señor anda buscando.

Meditatio ¿Qué me dice el texto?

El texto me interpela, y me hace interiorizar que tipo de suelo es mi corazón, como acojo esa Palabra de Dios que constantemente se me ofrece y por tantos canales hoy día. Mi actitud debe ser ese buen suelo, ese corazón bien dispuesto, como tener la casa con las ventanas abiertas para que el aire fresco del Espíritu contenido en esa Palabra, que es la Palabra del Resucitado, vivifique, refresque, regenere mi vida y me haga siempre nuevo, como nueva y fresca es su palabra. Y se traduzca en la vida de cada día, hasta en mis más sencillos gestos y comportamientos.

Oratio ¿Qué le digo a Dios?

Mi oración, se eleva por todos los hombres, para que puedan tener un corazón humilde, bien dispuesto, y que aquellos corazones puedan ser transformados de esa Palabra. Cierto es un deseo para mí, pero no puedo no compartir este deseo con todos los hombres, que podamos dar fruto, para que este fruto abunde y permanezca, y en esa realidad pueda llegar como reflejo, por medio de nuestro testimonio, para que tantos otros estén dispuestos a esta experiencia de amor con Jesús.

Contemplatio ¿Cómo interiorizo el tema?

Esa dulzura de poder contemplar, esa experiencia de dar cobijo a su Palabra en mi propia vida, en mi experiencia de cada día, en todo cuanto hago, de tal manera que haga configurarme siempre más y mejor a Cristo, esa contemplación me dará esa felicidad interior, que me animará a perseverar en ello y cómo vivir ya ese cielo con Cristo, esforzándome de ser yo su cielo (esto es muy ambicioso, pero no imposible).

Actio ¿A qué me comprometo?

Mi compromiso, es a trabajar ese terreno, a disponer mi corazón de tal manera, usando todos los instrumentos que nuestra Iglesia pone a mi alcance, para poder trabajar el terreno, y siempre esté bien dispuesto a recibir la semilla de la Palabra, y a la vez enseñar a otros, no solo con mi ejemplo, sino también con mi palabra para que también aprendan a disponer sus corazones a este encuentro con la Palabra, que da vida y que salta hasta la vida eterna.

 “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”, (Isaías 55, 10-11).

 

 

 

 

Acerca de P. Gabriel Ola

Monje y Sacerdote de la Congregación Benedictina de Santa María de Monte Oliveto OSB - Prior Conventual del Monasterio San Bernardo Tolomei en Boca del Monte, Villa Canales - Guatemala y VI Definidor del Abad General.

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