Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 6, 24-34

Lectio Divina por Santiago Molina de Argentina/USA

Invocación al Espíritu Santo
Espíritu de Dios, ven y derrama sobre nosotros,
la Sabiduría, la Luz, y el Amor.
Que la Palabra que hoy compartimos nos lleve a poner a Dios en el primer lugar, siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

1- Lectura
Evangelio según San Mateo 6,24-34.
Dijo Jesús a sus discípulos:
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos.
Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: ‘¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?’.
Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
Palabra del Señor.

¿Qué dice el texto?
Mateo 6,24: Nadie puede servir a dos señores; No se puede servir a Dios y al dinero.
Mateo 6,25: Jesús critica la excesiva preocupación con la comida y el vestido.
Mateo 6,26-27: La parábola de los pajaritos: la vida vale más que la comida.
Mateo 6,28-30: La parábola de los lirios: el cuerpo vale más que el vestido.
Mateo 6,31-32: No ser como los paganos. “¡Son los paganos que se preocupan con todo esto!”
Mateo 6,33-34: El Reino en primer lugar. y todo lo demás se les dará por añadidura.
2- Meditación – ¿Qué me dice a mi el texto?

Me llama la atención la fuerza con la que nuestro Señor nos llama a no preocuparnos de las cosas del mundo, incluso la comida y el vestido; que todo eso tiene poco valor en comparación a Dios y su Reino.
Me hace preguntarme:
Señor, al que se está muriendo de hambre, ¿cómo le digo que no se preocupe?
Al que no tiene ropa o albergue y se está muriendo de frío, ¿cómo le digo que no se preocupe?
Yo no me he tenido que preocupar mucho por la comida o por la ropa. Pero sé que hay mucha gente que si se preocupa y que sufre mucho por esto.
La experiencia me dice que es muy probable que, si le digo a una persona que está sufriendo de hambre o de frío, seguramente no recibirá mi sugerencia de que no se preocupen. Las pocas veces en que he sufrido hambre o frío, yo también me preocupé. En esas situaciones es como que uno no puede pensar en otra cosa.
Pero Jesús debe tener algo en mente para hacer tanto hincapié en esto. Él sabe nuestra condición. Nuestra débil condición.
Sabe que en ciertos momentos priorizamos las necesidades carnales y que nos preocuparemos y priorizaremos esas necesidades y hasta haremos oídos sordos a cualquier otra propuesta que no sea la de satisfacer esa necesidad. Los impulsos de supervivencia son muy fuertes.
Pero él les está hablando a los creyentes, a aquellos que creen en Dios, y especialmente a aquellos que lo querían seguir. Este texto hace parte del sermón del Monte (Capítulos 5 a 7 de Mateo) y es dirigido a una multitud hambrienta y sedienta (y a la cual les va a demostrar que, con Él, todo se puede en él milagro de los panes y pescados y, por ende, con Él, no hay necesidad de preocuparse).
Jesús nos dice: si realmente tienen fe, entonces no deben preocuparse de nada. Con la fe, podemos sufrir hambre, frío y mucho más porque sabemos que tenemos en Dios la respuesta que satisface todas nuestras necesidades.
¿Tengo fe en Jesús?
¿Me preocupo demasiado de las cosas del mundo?
¿Qué me preocupa? ¿Qué busco?
3- Oración – ¿Qué le digo a Dios como respuesta a lo que Él me propone?

Señor de la Vida, te pido que me ayudes a saber que solo Tú puedes satisfacer mis necesidades; que todas las cosas que me preocupan y me arraigan a este mundo son solo soluciones a problemas temporarios. “Nos has creado para Ti, Señor… y nuestro corazón está inquieto hasta que pueda descansar en Ti.” (San Agustín)
4- Contemplación – ¿Cómo interiorizo la Palabra de Dios?

Repito varias veces:
“Buscaré primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se me dará por añadidura.”
5- Acción – ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Me comprometo a hacer un examen diario sobre todas las cosas que me distraen o me bloquean y no me dejan ser parte del Reino de Dios.

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