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Lectio Divina Dominical III del Tiempo Ordinario Ciclo B

«Ha llegado el momento, y el Reino de Dios está cerca»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Jonás 3, 1-5.10
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9 
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 7, 29-31

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICO: Marcos 1, 14-20

14 Después de arrestar a Juan, Jesús fue a la región de Galilea a anunciar la buena noticia del Reino de Dios. 15 Él decía: “Ha llegado el momento, y el Reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse de sus pecados y crean en el Evangelio”.

16 Jesús estaba caminando por el lago de Galilea cuando vio a Simón y Andrés, su hermano, quienes estaban en el lago tirando las redes porque eran pescadores. 17 Jesús les dijo: “Vengan conmigo y haré que sean pescadores de gente”. 18 Inmediatamente dejaron caer sus redes y se fueron detrás de Él.

19 Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago (Jacobo), hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, quienes estaban en la barca cosiendo las redes. 20 Inmediatamente Jesús los llamó, y dejando a su padre Zebedeo con los trabajadores en la barca, se fueron con Él.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

 

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

El Evangelista Marcos era un discípulo del Apóstol Pedro quien, como dicen los historiadores, es intérprete de la cabeza de la Iglesia, poniendo por escrito lo que Pedro proclamaba.

Este relato comienza  diciendo que después que Juan el Bautista fue entregado a las autoridades que lo arrestaron, este verbo luego se utiliza cuando entregan a Jesús para la Pasión. Es un fuerte paralelismo de lo que ocurrirá con el Maestro. Pero esto inicia la proclamación de la “Buena Noticia”. Es la novedad. Tal vez, la palabra griega “euangelion” evoca también a Isaías capítulo 40 donde la buena noticia sólo procede de Dios.  Es importante entonces unir estos conceptos, pues Jesús, que es Dios, es en verdad quien anuncia la única Buena Noticia esperada por toda la humanidad. Por eso la alusión directa a que “el tiempo se ha cumplido”, ya no hay que esperar más, el Mesías prometido ha llegado. Pero para encontrarlo, para que la Buena Noticia sea verdaderamente buena, exige una conversión.

Repasemos este versículo con todo su contenido: Hablar del cumplimiento del tiempo, es recordar la división de la historia humana. El “calendario” ha llegado a su meta final. Dios está con nosotros. Aún cuando es una frase tan sencilla, detrás está toda la teología del pueblo de Israel. El concepto del “Reino de Dios” se refería al desarrollo del juicio de Señor sobre la creación. Empieza el establecimiento del gran cambio.

La palabra conversión o arrepentimiento, implica no sólo el reconocer lo mal que cada uno había hecho, sino también un cambio en la vida, un marchar para otro rumbo. Un seguimiento discipular del Señor y la aceptación de su novedad.

Y lo siguiente en esta declaración es “crean en la Buena Noticia”. Creer es el despertar de la fe adormecida. La fe como don de Dios interna potencialmente en cada uno debe ser llamada en la conciencia para que se transforme en “acto de fe”. Creer no es un acto intelectual, creer es un acto vivencial que transforma toda la vida, desde el interior hacia el exterior. Así, entonces con la fe hay una re-orientación de la vida, del rumbo y del destino. “El pueblo que andaba en tinieblas vió una gran luz”.

Si la fe no transforma, no sirve. Lo que desde el idioma griego conocemos como “metanoia”, quiere decir literalmente “más allá de la mente”,  su significado es retractarse, corregirse, cambiar de rumbo, de dirección. Se podía usar en los que iban por un camino, y cuando se daban cuenta que el camino no era el correcto, debían volver y tomar otro camino.

Esta palabra también es usada asociando su significado al arrepentimiento y la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra alguna ausencia en sí misma. En tiempos de los primeros cristianos se decía del que encontraba a Cristo que había experimentado una profunda metanoia, como sinónimo de revelación divina o epifanía.

La metanoia también es denominada como una transformación profunda de corazón y mente a manera positiva. Hay teólogos que sugieren que la metanoia es un examen de toda actividad vital y una transformación de la manera como se ven y aceptan las personas y las cosas. 

Por esa misma razón, el relato continúa en forma muy sintética con el llamado que Jesús hace de sus primeros discípulos, que eran pescadores y desde ahora serán pescadores de hombres. Un cambio de vida profundo.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿Cómo comienza este relato?
  2. ¿Qué había sucedido con Juan el Bautista?
  3. ¿Qué hizo Jesús inmediatamente?
  4. ¿Cuál fue el anuncio que hizo primero?
  5. ¿Cuántas veces aparece “Buena Noticia” en el texto?
  6. ¿Qué implica creer en la Buena Noticia?
  7. La conversión solicitada por Jesús ¿hacia dónde apunta?
  8. ¿A quiénes llamó después y con qué objetivo?
  9. ¿Qué hicieron aquellos que Jesús llamó?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. Aunque el texto parece también parece muy breve, me lleva a preguntarme con sinceridad sobre el Evangelio ¿Es realmente una buena noticia para mí? ¿o es sólo una historia sobre Jesús que no toca mi existencia más profunda?
  2. Los judíos están esperando al Mesías y no se dan cuenta que ya llegó. Para aceptarlo hay que reconocer primero los errores y convertirse. ¿Estoy dispuesto a convertirme? ¿Soy capaz de reconocer en Jesús, a quien me trae la “Buena Noticia” a mi vida?
  3. Quiero poner nombres claros a los obstáculos que yo pongo para arrepentirme.¿Será el orgullo? ¿Podré decir que por vanidad no deseo cambiar?
  4. Jesús sale a buscar a sus seguidores. ¿Me dejo encontrar por Jesús? ¿Dejo que Él me llame por mi nombre, me ofrezca una misión?
  5. Ser pescador de hombres… ¿Qué significaría hoy para mí, que el Señor me llame a pescar a otras personas? ¿Soy capaz de salir como misionero a busca a otros para que conozcan al Señor?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

Señor te damos gracias por que nos enviaste a tu único Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el Salvador.

Nosotros esperamos también en nuestras vidas una buena Noticia. Y a veces no nos damos cuenta que Tú ya estás en nuestras vidas. Señor que te reconozcamos, como nuestra única Buena Noticia, y que no busquemos más a otros que nos salven, fuera de Ti mismo.

Gracias por volver a llamarnos por nuestro nombre, Señor insiste en nosotros. Somos duros de corazón, pero queremos seguirte. Renuévanos el llamado, no dejes Señor de llamarnos para que seamos también nosotros pescadores de hombres.

Permite que cada día sea consciente de que todo mi pensar, sentir, obrar, deba ir dirigido a la espera de tu llegada

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.

Añadimos nuestras intenciones de oración.

Amén.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Como interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Ha llegado el momento, y el Reino de Dios está cerca»
(Versículos 15)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

En lo personal, vuelvo a leer detenidamente las lecturas.  Necesito internalizar la Buena Noticia, pero también necesito hacer algo hacia afuera, una actividad que demuestre que sí estoy convencido de Jesús el Señor y Salvador. Buscaré a alguna persona que conozco y que puedo ser también puedo ser misionero hablando de Jesús con esta persona.

Con tu grupo, buscamos las veces que nos ponemos obstáculos para no creer en Jesús y todas las cosas que ponemos como excusas normalmente. Diseñar un proceso personal y comunitario para no ceder a estas tentaciones. También es el momento de ser pescadores de otras personas para Cristo. Aún cuando no se vea bien, lo importante es lo que nos dirá Jesús al fin de los tiempos.

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