Lectio Divina Dominical I de Cuaresma Ciclo C

«No solo de pan vivirá una persona»

Hno. Ricardo Grzona, frp
Cristian Buiani, frp

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PRIMERA LECTURA: Deuteronomio 26, 4-10
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 91 (90), 1-2.10-11.12-13.14-15
SEGUNDA LECTURA: Romanos 10, 8-13

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICOLucas 4, 1-13

1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. 2 Allí fue tentado por el diablo durante cuarenta días. Durante ese tiempo no comió nada y luego sintió hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”.

4 Jesús le respondió: “Ha sido escrito que no solo de pan vivirá una persona”.

5 Entonces el diablo lo llevó a un monte alto, le mostró en un instante todos los reinos del mundo 6 y le dijo: “Te daré todo el poder y toda la gloria de ellos, porque todo esto me ha sido dado y puedo dárselo a quien quiera. 7 Por tanto, todo esto será tuyo si te arrodillas ante mí adorándome”.

8 Jesús respondiendo, le dijo: “Ha sido escrito: “Adorarás al Señor tu Dios, y servirás solo a Él”.

9 Entonces el diablo lo llevó a Jerusalén y lo colocó en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, tírate de aquí, 10 porque ha sido escrito: ‘Enviará a sus ángeles para que te cuiden 11 y en sus manos te llevarán para que ni siquiera tu pie se lastime en la roca” (Sal 91:11-12).

12 Entonces Jesús le respondió: “Ha sido escrito: ‘No pondrás a prueba al Señor tu Dios’” (Deut 6:16).

13 Cuando el diablo terminó toda tentación contra a Jesús, se alejó de Él hasta el momento indicado.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Este es el primer domingo del tiempo cuaresmal. El término cuaresma significa “cuadragésimo día”, es decir 40 días. Es el tiempo litúrgico destinado a la preparación espiritual para la fiesta de Pascua, marcado por signos de purificación y de conversión. Los cuarenta días tienen gran significación en toda la Sagrada Escritura, en el Antiguo Testamento la cifra cuarenta evoca directamente a Moisés, antes y después del becerro de oro. Pero también hay muchas otras cuarentenas en el antiguo testamento, lo son también los cuarenta días que duró el diluvio, y los cuarenta años de la marcha del pueblo de Israel por el desierto. Este tiempo transcurrirá durante cinco domingos, agregándole  el domingo de ramos con el cual comienza la Semana Santa.

En este primer domingo la lectura es del evangelista San Lucas, el texto nos presenta las tentaciones de Jesús en el desierto. Antes de iniciar su misión, Cristo se enfrenta con el espíritu del mal y vence la tentación de salvar al mundo por medio de la riqueza y el poder. Su camino será el de la humillación y la pobreza. Y su gran triunfo, el de la cruz.

Dice la Palabra que Jesús antes del comienzo de su vida pública, estaba lleno del Espíritu Santo, y fue conducido mediante este mismo espíritu al desierto. En la Biblia, el “desierto” es con frecuencia el lugar de prueba, y se lo imaginaba poblado de animales salvajes. El desierto desde la antigüedad era un terreno asociado al demonio, ya que se caracteriza por ser una tierra desolada e inhumana. Pero a la vez por la experiencia de abandono que allí puede vivirse, se vuelve un lugar de proximidad y cercanía con Dios. Allí Jesús fue puesto a prueba por el demonio durante cuarenta días mediante tentaciones. Este relato recoge tres tentaciones a las cuales Jesús debió enfrentarse. En cada una de las tentaciones podemos descifrar que el diablo dice verdades a medias, desvía el sentido de sus palabras, y las saca de contexto. Lo que dice el demonio es cierto en un sentido, pero no en el buen sentido. Esta duplicidad puede conducir a la equivocación y a la confusión, esto mismo intentó hacer con Jesús.

La primera tentación es una invitación a Jesús para que a través de su poder convierta las piedras en pan, y de esta forma demostrar que verdaderamente es el Hijo de Dios. Esta es una tentación fuerte, en primer lugar recordemos que Jesús durante estos cuarenta días se privó de comer, y al cabo de estos días sintió mucha hambre. Jesús responde ante esta tentación y también ante las demás, citando las Escrituras: “No solo de pan vive el hombre” (Deuteronomio 8, 3). Con estas palabras Jesús supera la primera tentación, cumpliendo el plan que su Padre tenía preparado para Él. Jesús no redime con el alimento material, sino con el alimento espiritual que dura para siempre.

En la segunda tentación el demonio le muestra a Jesús desde un lugar elevado todos los reinos de la tierra, prometiéndole su poder sobre estos si se postra delante de él. El demonio tiene la intención de que Jesús doble sus rodillas ante él, que se haga un súbdito suyo. Lo que el demonio le promete a Jesús es justamente lo que Él ha venido a ser en el mundo: Príncipe. Pero el poder que el demonio le ofrece es limitado y corruptible, le ofrece un poder terrenal, mientras que por su misión como Mesías que corresponde todo poder en el cielo y en la tierra. Ante esta tentación Jesús responde: “Al Señor tu Dios adorarás, a él solo darás culto”.

En la tercera tentación el demonio invita a Jesús a arrojarse al vacío  desde la mayor altura del templo de Jerusalén, citando las escrituras para mostrar que ante el peligro nace la protección divina. Esta última tentación nos posibilita saber que el demonio conoce las escrituras, y de igual modo obra mal. El diablo de nuevo quiere incitar a Jesús a demostrar si Él es en realidad Hijo de Dios. El demonio apunta a que Jesús caiga en su vanidad. Le dice citando la escritura: “tírate que los ángeles te van a sostener”. Sería un “tu eres poderoso, eres el Hijo de Dios, sal volando y de paso van a creer en ti”. Pero Jesús sabe que ese no es el estilo de su Padre ni el suyo. Jesús fiel se mantiene en su lugar. Y le dice simplemente: “No pondrás a prueba al Señor, tu Dios”. Con estas palabras el diablo no tuvo otro recurso más que alejarse “hasta otra ocasión”.

Reconstruimos el texto:

  1. ¿De qué estaba lleno Jesús, y por quien es conducido al desierto?
  2. ¿Para qué es llevado al desierto? ¿Cuántos días transcurre allí?
  3. ¿Cuál es la primera tentación que Jesús debió enfrentar?  ¿Qué cita de las escrituras empleo Jesús para responder?
  4. ¿En qué consistió  la segunda tentación? ¿Qué le prometió el demonio a Jesús? ¿Qué debía hacer para lograr eso?
  5. ¿Qué respondió Jesús ante esta segunda tentación?
  6. ¿Cuál fue la tercera tentación? ¿Que debía hacer Jesús? ¿Qué citas de las escrituras empleo el demonio?
  7. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús?
  8. ¿Qué ocurrió finalmente con el demonio?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. ¿Yo también voy en busca del “desierto”, ese lugar que me conecta y me lleva al encuentro con Dios? ¿Me dejo llevar como Jesús por el Espíritu? ¿Cuáles son mis “desiertos”, donde encuentro más cercana la presencia de Dios? ¿Me propongo disponer de tiempos y silencios en esta cuaresma para escuchar la voz de Dios?
  2. ¿Cuáles son las tentaciones que me asechan a diario? ¿Cómo vivo y enfrento estas tentaciones? ¿Comprendo que si las enfrento, se vuelven caminos que me conducen a la santidad?
  3. ¿Percibo en el momento de que se trata de una tentación, trato de estar atento ante estas situaciones? ¿Qué siento al saber que Jesús también fue tentado? ¿Cuándo soy tentado recurro a Dios o creo que solo puedo superarlo? ¿Si estoy más alejado de los caminos de Dios, y de los sacramentos es más fácil caer en la tentación?
  4. ¿Estoy preparado hoy para enfrentar las tentaciones del demonio? ¿En qué situación estoy?
  5. ¿También soy tentado como Jesús con recibir mayor poder relacionado con las cosas de este mundo? ¿Cuáles son esas tentaciones; el dinero, la fama, el éxito, el poder, el placer sin límites,  etc.?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor. 

Señor, al comenzar esta Cuaresma
Te pedimos que nos des un corazón puro,
Una gran paz interior,
Una gran claridad sobre el gran horizonte
Que se nos abre en este tiempo santo,
Sobre lo que tú quieres que vivamos en nuestras familias,
En nuestras comunidades, en nuestras parroquias.
Tú estás oculto en medio de nosotros haciendo tu obra,
Aún allí donde hay indiferencia,
En esta civilización que camina velozmente,
En la que todo es de afán y nos somete a situaciones de tensión.
Señor, que podamos tener una mirada pacífica y profunda
Sobre lo que tenemos que hacer en estos días
Y haz que todos podamos ver tu rostro
En todas las situaciones complejas y difíciles
De nuestra historia personal y comunitaria.
Te pedimos la fortaleza necesaria para poder superar
 las tentaciones que nos asechan continuamente
y poder descubrir en cada momento tu presencia
en las cosas, en nuestros hermanos y en nuestra propia vida.

AMÉN.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por permitirnos entender que Él nos ofrece la salvación que nos llena de alegría.  Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Como interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo  del  Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:

«No sólo de pan vive el hombre»
(Versículo 4)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. No le pediré al Señor que me quite la tentación, sino que me ayude a entender las astucias del maligno. Por lo tanto me propondré hacer un proyecto en el que le recordaré a algún amigo específico de cómo somos tentados y cómo se puede vencer la tentación. Y así me transformaré en un discípulo de Jesús y en su misionero.

En el grupo, nos comprometemos a ser una comunidad con la mirada atenta a Dios y al hermano. Nos proponemos hacer una actividad  para ser discípulos y misioneros. Realizaremos una actividad cuaresmal para presentar las situaciones con que el enemigo de Dios nos tienta permanentemente. Proponer un proceso de cambio para la comunidad y preparar a otras personas para que reciban a Jesús, y entiendan que también fue tentado como nosotros.

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