Lectio Divina Dominical XXXI del Tiempo Ordinario Ciclo B

«Alégrense y pónganse contentos porque el premio que les espera en el cielo es abundante»

Hno Ricardo Grzona, frp
Cristian Buiani, frp

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PRIMERA LECTURA: Apocalipsis 7, 2-4.9-14
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 23
SEGUNDA LECTURA: 1 Juan 3, 1-3

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICOMateo 4, 25 . 5, 1-12a

4,25: Le seguía una gran multitud de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.    5,1: Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos. 5,2: Tomó la palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo:
5,3: Felices los pobres de espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
5,4: Felices los afligidos, porque serán consolados.
5,5: Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
5,6: Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
5,7: Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.
5,8: Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
5,9: Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.
5,10: Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.
5,11: Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien [falsamente] de todo por mi causa. 5,12: Alégrense y pónganse contentos porque el premio que les espera en el cielo es abundante. De ese mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

La liturgia este domingo nos presenta las celebres Bienaventuranzas, del Evangelio de San Mateo. Las Bienaventuranzas son un tipo de género literario bíblico, que se inserta en una larga tradición del Antiguo Testamento, especialmente presente en los Salmos y en los Profetas.

Las Bienaventuranzas son promesas, y expresiones de la felicidad que se puede hallar siguiendo un cierto camino. En sí mismas son una paradoja, porque en ellas se invierten los criterios y esquemas del mundo, con la mirada transformadora de Dios, que haya felicidad donde el mundo sólo encuentra desdicha. Las bienaventuranzas expresan el corazón y la impronta de quienes son discípulos del Señor, sentimientos y formas distintivas.

El término “pobre” en el Antiguo Testamento se refiere al hombre de condición social inferior, sin fortuna, frecuentemente humillado y que, por eso mismo, lo espera todo del auxilio de Dios. Su pobreza es más bien interior y espiritual que exterior y material, aunque generalmente incluye esta última. Los que según el mundo son pobres, oprimidos, desdichados, etc., a los ojos de Dios son valorados por su pequeñez e invitados a vivir algo tan grande como trascendente.

Este discurso, según nos narra Mateo, Jesús lo realizó ante sus discípulos y una gran multitud que lo seguía en la cima de una montaña. De allí que es también conocido este pasaje de las bienaventuranzas como el “Sermón de la Montaña”. Mateo escribe principalmente para judíos que se han convertido al cristianismo, por eso importante destacar que la montaña era para este pueblo el lugar de encuentro, y de manifestación de Dios. En la montaña Moisés recibió de Dios la tabla de los mandamientos. Ahora Jesús, el nuevo Moisés, nos da la identidad más profunda del cristiano.

Aquí Jesús expresando las bienaventuranzas no descarta, ni quita importancia a los mandamientos, sino que los lleva a plenitud por medio de un mandamiento mayor que les da sentido: el amor. No es un código legal de prohibiciones y obligaciones, sino una invitación a ser “perfecto como es perfecto el Padre del cielo”. Las bienaventuranzas contienen esta expresión de amor. Es un nuevo estilo de vida, que se funda en el amor llevado hasta sus últimas consecuencias.

Al culminar de anunciar cada una de las bienaventuranzas, Jesús señala que quien viva este programa de vida, además de encontrar la alegría y el gozo, obtendrá una recompensa en el cielo. Por lo tanto podemos afirmar que las bienaventuranzas son el camino seguro para ir al cielo.  

Reconstruimos el texto:

  1. ¿Qué hace Jesús al ver a la multitud? ¿Quiénes lo acompañaban?
  2. ¿Qué les pertenece a quienes tienen alma de pobres?
  3. ¿Qué recibirán los pacientes?
  4. ¿Qué ocurrirá con quienes tienen hambre y sed de justicia?
  5. ¿Qué obtendrán los misericordiosos?
  6. ¿Qué verán quienes tienen el corazón puro?
  7. ¿De qué forma serán llamados quienes trabajan por la paz?
  8. ¿Qué dice Jesús sobre quienes son perseguidos?
  9. ¿Por qué deben alegrarse y regocijarse dice Jesús?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. ¿Considero que soy pobre de espíritu, es decir pongo toda mi vida en manos de Dios? ¿Soy desapegado de los bienes terrenos? ¿De que debo desprenderme aún? ¿Intento vivir un etilo de vida sobrio y simple, para testimoniar de forma coherente el evangelio?
  2. ¿Cuáles son los motivos de mis aflicciones y tristezas? ¿Veo en estas situaciones dolorosas la posibilidad de acercarme al Jesús que conoce lo que significa sufrir? ¿Comprendo lo que significa la promesa de Dios: que quien sufre será consolado? ¿Esto, me da esperanza? ¿Soy instrumento de consuelo para los demás?
  3. ¿Siento hambre y sed de justicia? ¿Tiendo a buscar la justicia y santidad, o desde hace un tiempo me he resignado a vivir en la mediocridad y tibieza? ¿Me movilizan tantas situaciones de injusticia que ocurren en la sociedad? ¿Cómo cristiano que puedo aportar en esto?
  4. ¿Soy misericordioso? ¿Ante el error de mis hermanos, reacciono con prejuicios o con misericordia? ¿Entiendo que debo ser misericordioso porque Dios lo es conmigo? ¿Comprendo que en el tiempo actual los cristianos estamos llamados a mostrar nuestra identidad misericordiosa? ¿Me cuesta perdonar, por donde me comprometo a empezar?
  5. ¿Soy puro de corazón? ¿Qué dicen mis intenciones, pensamientos, miradas y palabras?  ¿Trato de cultivar la virtud de la pureza? ¿Comprendo que ser puro es tener un corazón similar al de Jesús, que me permite conocer a Dios más claramente?
  6. ¿Soy una persona de paz? ¿Con que acciones concretas siembro paz? ¿Comprendo que con pequeñeces, como las habladurías, rompo la paz entre mis hermanos?
  7. ¿Estoy dispuesto a sufrir por el evangelio? ¿En algún momento se alejaron o burlaron de mí por el solo hecho de creer? ¿Cómo reacciono ante estas situaciones? ¿Rezo por tantos cristianos que viven en lugares de persecución, hasta el punto de morir por causa de la Fe?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor. 

Quiero Señor ser bienaventurado tal como Tú quieres que sea, porque sólo así podré alcanzar la promesa que Tú nos hace de alcanzar gran recompensa en el Cielo que nos tienes prometido. Quiero ser pobre de espíritu, manso, llorar con los afligidos y perseguidos por causa de tener sed de justicia; misericordioso y limpio de corazón.

Quiero vivir en el esfuerzo de trabajar por la paz y padecer insultos, injurias, e insultos con mentiras por defenderte Señor y proclamar tu Evangelio de salvación. Quiero, y Tú lo sabes Señor, pero te defraudo a cada instante de mi vida, y no doy la talla de aquello que Tú quieres de mí.

Me cuesta mucho seguirte por el sentimiento de fracaso y de impotencia que experimento y no abandono, porque tu Misericordia me mantiene vivo. Eso te hace el Padre más grande conocido, porque a pesar de mi pobreza me llamas bienaventurado y sólo me pides que lo reconozca.

Gracias Padre mío, porque sólo con un Padre así se puede seguir adelante; sólo con un Padre así se puede encontrar fuerzas y esperanzas para continuar el camino; sólo con un Padre así se puede encontrar sentido y luz para ver el camino y avanzar confiado en tu Amor.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.

Añadimos nuestras intenciones de oración y decimos:

Amén.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo  del  Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:

«Alégrense porque el premio que les espera en el cielo es abundante»

(Versículo 12)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Hoy el Señor me invita a vivir las bienaventuranzas. Reflexionaré entorno a ellas, y le dedicaré especial atención y practica a la que tengo más abandonada. Esforzándome por mejorar, y luego de un tiempo examinaré cuanto crecí y madure. Elijo una de ellas, la escribo y me hago propuestas que pueda evaluar en mi crecimiento cristiano.

En el grupo, nos comprometemos a ser una comunidad marcada por el signo de las bienaventuranzas. Nos proponemos salir al encuentro de otros jóvenes, y anunciarles la Buena Noticia de las Bienaventuranzas. Lo hacemos de forma novedosa y creativa. Puede ser a través de un encuentro musical, redes sociales, pancartas públicas, y así invitarlos a sumarse a alguno de los grupos juveniles.

 

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2 comentarios

  1. Martín Rodríguez

    Saludos. No corresponden las lecturas para el Domingo 31 tiempo ordinario ciclo B. Gracias

    • Hola Martín, saludos 🙂

      Entendemos lo que nos dices, nos ha pasado muchas veces que los textos no corresponden o no siguen el ciclo litúrgico, ya sea porque se adapta a la celebración de algún lugar, etc. por esta ocasión tenemos este, esperamos tu comprensión. Gracias y Bendiciones

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