LECTIO DIVINA
DEL LUNES 27 de OCTUBRE DE 2025
Lunes XXX Semana Tiempo Ordinario
Franklin Conil de Venezuela ✍🏻🇻🇪
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, que ungiste a Jesús para que pasara haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo, vence en nosotros el egoísmo y abre nuestros corazones a la generosidad, Amén.
LECTURA
Evangelio según San Lucas 13, 10-17
10 Un sábado Jesús estaba enseñando en una sinagoga, 11 y vino una mujer que había estado enferma durante dieciocho años. Ella estaba encorvada y no podía de ninguna manera enderezarse. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: “Mujer, estás curada de tu enfermedad”.
13 Él puso sus manos sobre ella, e inmediatamente se enderezó y comenzó a alabar a Dios. 14 Pero el jefe de la sinagoga estaba enojado porque Jesús había sanado en sábado, y le decía a la gente: “Hay seis días en la semana para trabajar. Bueno, vengan en esos días para ser curados, ¡pero no en el día del sábado!”
15 Entonces el Señor le respondió:
“!Hipócrita! En sábado, cualquiera de ustedes va al establo y desata su buey o burro para llevarlo a beber agua; 16 y ahora aquí hay un descendiente de Abraham a quien Satanás encarceló durante dieciocho años. ¿Por qué no debería ser librada de esta enfermedad en el día del sábado?”
17 Los enemigos de Jesús se avergonzaban cuando oían que Él decía estas cosas, pero toda la multitud se alegraba por todas las cosas maravillosas que Él hacía.
Estamos ante la narración de una curación en día sábado. Se trata de una mujer encorvada.
Jesús se encuentra en la Sinagoga, lugar público donde se meditaba la Palabra de Dios.
Se encuentran presentes el jefe de la Sinagoga, los enemigos de Jesús y la multitud asistente a la reunión.
Esta curación se encuentra en el capítulo trece del evangelio de según san Lucas el cual enfatiza la necesidad de la conversión, la paciencia de Dios y la promesa de que el Reino de Dios crecerá.
El pasaje podríamos dividirlo en tres partes. La primera la curación como tal, la segunda la reacción del jefe de la sinagoga que cuestiona la sanación en día sábado y tercera la respuesta del Señor.
La extraña enfermedad que padecía esta mujer producto de la influencia de un mal espíritu nos hace pensar en el egoísmo, pues la enferma se encontraba encorvada mirando su propio ombligo, es decir, mirándose a sí misma sin posibilidad de levantar su mirada a los demás.
Llaman la atención los gestos de Señor que en primer lugar LA VIO, LA LLAMÓ Y LE HABLÓ, luego SE ACERCÓ y LA TOCÓ.
Tomemos en cuenta que se trata de una mujer, que en la sociedad judía no contaba para nada. Jesús se fija en ella, LA MIRA, la identifica, la saca del anonimato y se interesa por su situación. Llevaba 18 años enferma y nadie había hecho nada por ella.
Luego, inmediatamente, el Señor la elige, LA LLAMA, tal vez pronunció su nombre, la considera digna de ser discípula suya.
Seguidamente el maestro LE HABLA, pronuncia sobre ella su palabra creadora que recrea, sana y transforma.
Finalmente se ACERCA Y LA TOCA imponiendo sus manos amorosas y sanadoras sobre ella.
Lo que sigue a la sanación es la disputa sobre la curación en día sábado.
MEDITACIÓN
Quiero invitarte a meditar en el significado de la enfermedad de la mujer y los gestos de Jesús.
La extraña enfermedad hace pensar en lo que quizás podemos considerar la peor de todas las enfermedades y el origen de las demás: EL EGOÍSMO.
A todos, tanto a ti como a mí, el Señor nos ha mirado con amor, ha visto nuestra incapacidad de salir de nuestro pecado y nos ha llamado para que dejemos de mirarnos a nosotros mismos y levantemos la mirada a los demás.
El Señor se interesa por nuestra situación y no tarda en socorrernos, al contrario, nos asiste de inmediato y nos llama a seguirlo.
El seguimiento a Jesús es un camino de sanación interior que pasa del egoísmo a la generosidad.
El Señor, no es un Dios lejano. Es un Dios que nos habla y se acerca a nosotros y nos toca.
Paradójicamente Jesús hace lo que la mujer es incapaz de hacer.
¿Hacia quién necesitas voltear tu mirada? ¿A quién necesitas dirigirle la palabra? ¿Hacia quién necesitas acercarte? ¿Hacia quién necesitas tener un gesto de cercanía y amor?
ORACIÓN
Oremos para que el Señor venza en nosotros nuestra incapacidad de amar:
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida,
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua,
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo,
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro,
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos,
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien,
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión,
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender,
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos,
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
(Santa Teresa de Calcuta)
CONTEMPLACIÓN
“Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: “Mujer, estás curada de tu enfermedad”. Él puso sus manos sobre ella…”
ACCIÓN
Practica la caridad con diligencia. Sé cómo Jesús. Al ver la situación de alguien no tardes en socorrerlo. Práctica esta semana las obras de misericordia.
Pronuncia una palabra de ánimo.
Acércate a alguien que lo necesite.
Se generoso con quien lo requiera.
Al que te pida, dale.
“Pierde tiempo” con algún familiar o amigo.
Soporta con paciencia los defectos de tu prójimo.
Enseña al que no sabe.
Da de comer al hambriento, de beber al sediento, viste al desnudo, vista al preso, da posada al peregrino, ora por los vivos y difuntos.
Cristonautas.com Cristonautas