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Lectio Divina
para el miércoles 27 de agosto 2025
Miércoles XXI semana del tiempo ordinario
Padre Antonio Luis Arocha Mendoza de Venezuela ✍🏻🇻🇪
Invocación al Espíritu Santo
Te invito con esta canción dejarte inundar del Espíritu Santo
https://youtu.be/dmM1YZ-hZrY
Lectura ¿Qué dice el texto? Mateo 23, 27-32
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: «Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas»!
Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
Breve estudio
Jesús, en este pasaje, no suaviza su mensaje. Habla con firmeza a los líderes religiosos de su tiempo, denunciando la incoherencia entre lo que aparentan y lo que realmente son. Esta palabra, aunque dura, es profundamente liberadora: nos invita a dejar las máscaras y vivir en la verdad.
Jesús se encuentra en Jerusalén, en los días previos a su pasión. Este capítulo forma parte de una serie de denuncias contra la religiosidad vacía. El “¡Ay de vosotros!” no es solo condena, sino lamento por quienes han perdido el rumbo espiritual.
La hipocresía religiosa: Jesús no condena el deseo de justicia, sino la falsedad que lo disfraza. El sepulcro encalado es imagen de una vida que aparenta santidad, pero esconde muerte interior.
La memoria manipulada: Los fariseos honran a los profetas del pasado, pero rechazan a los profetas del presente. ¿Cuántas veces veneramos la historia sin dejarnos interpelar por el hoy?
La complicidad silenciosa: Al decir “no habríamos sido cómplices”, se desligan de la responsabilidad. Pero Jesús revela que esa actitud perpetúa el pecado de sus antepasados.
Meditación
¿Qué partes de mi vida están “encaladas” por fuera, pero necesitan luz por dentro?¿Qué escondo tras la apariencia de rectitud o servicio?¿He juzgado a otros por su pasado, mientras ignoro mis propias incoherencias? ¿Qué profetas he silenciado con indiferencia o comodidad?¿Qué me impide vivir con transparencia espiritual?
¿Miedo al rechazo, necesidad de aprobación, heridas no sanadas?
Oración ¿Qué le digo al Señor?
Te propongo que hagas pausadamente la siguiente oración:
Señor Jesús,
tú que no temes nombrar la verdad,
entra en mi interior como luz que revela,
como fuego que purifica.
Rompe la cal blanca de mis apariencias,
derrama tu misericordia sobre mis sombras,
y haz de mi corazón un templo vivo,
no un sepulcro decorado.
No permitas que honre a los profetas del pasado
mientras ignoro tu voz en el presente.
Hazme humilde para escuchar,
valiente para cambiar,
y fiel para caminar contigo en la verdad.
Que mi vida no sea monumento,
sino testimonio.
No fachada, sino fuente.
No memoria muerta, sino profecía encarnada.
Amén.
Contemplación
Cierra los ojos. Respira hondo.
Imagina un sepulcro encalado: blanco, impecable, silencioso.
Por fuera, todo parece en orden.
Por dentro, hay huesos, historias no contadas, heridas sin sanar.
No huyas. Quédate ahí.
Jesús se acerca, no con juicio, sino con compasión.
Él no teme entrar en lo oculto.
Él no se escandaliza de tu verdad.
Acción ¿A que me comprometo?
Escuchar con humildad a alguien que suele ser ignorado o juzgado.
Pedir perdón por una omisión o una palabra que no reflejó el amor de Cristo.
Acompañar a alguien que vive en silencio su dolor, siendo presencia sincera y compasiva.
Compartir una reflexión o testimonio que muestre vulnerabilidad y fe, sin máscaras.
