Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 5, 1-11

LECTIO DIVINA
Jueves 4 de Septiembre de 2025
Jueves XXII Semana Tiempo Ordinario
Johan Álvarez de Colombia 🇨🇴🇺🇸 
 
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
 
Ven, Espíritu Santo, ilumina nuestro corazón y nuestra mente.
Danos docilidad para escuchar la Palabra de Dios, fuerza para obedecerla,
y valentía para dejar todo lo que nos impide seguir a Cristo.
Haznos disponibles para su misión. Amén.
 
1. LECTURA – ¿Qué dice el texto?
Evangelio según San Lucas 5, 1-11
 
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes».
Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes».
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador».
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido;
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres».
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
 
2. MEDITACIÓN – ¿Qué dice o nos dice Dios en el texto?
 
El pasaje nos muestra que cuando confiamos en la palabra de Cristo, incluso contra toda lógica humana, experimentamos su poder y abundancia. Pedro, cansado y frustrado, decide fiarse de Jesús, y esa confianza lo transforma.
 
También nos enseña que el encuentro con Dios revela nuestra fragilidad y pecado, pero no para condenarnos, sino para llamarnos a una misión más grande. Jesús no se fija en la pobreza o el cansancio de los discípulos, sino que los invita a ser parte de su proyecto: llevar vida y esperanza a otros.
 
Hoy, este texto nos cuestiona:
•¿Dejo que Jesús entre en mi “barca”, en mis rutinas y en mis cansancios?
•¿Me atrevo a obedecerlo, aunque no vea resultados inmediatos?
•¿Estoy dispuesto a dejar mis seguridades para seguirlo en la misión?
 
3. ORACIÓN – ¿Qué le digo o le decimos a Dios?
 
Señor Jesús, gracias por subir a mi barca, por no pasar de largo en mis cansancios.
Hoy te reconozco como Maestro y Señor de mi vida.
Aumenta mi fe para que, como Pedro, pueda decir: “Si tú lo dices, echaré las redes”.
Perdona mis miedos y mis pecados, y hazme dócil a tu llamado.
Aquí estoy, dispuesto a seguirte y a trabajar en tu misión. Amén.
 
4. CONTEMPLACIÓN – ¿Cómo interiorizo o interiorizamos el mensaje de Dios?
 
Imagina a Jesús sentado en tu propia barca, hablándote y pidiéndote confianza.
Cierra los ojos y escucha su voz que te dice: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”.
Repite en silencio durante el día:
👉 “Señor, en tu palabra confío, en tu palabra echo mis redes”.
 
5. ACCIÓN – ¿A qué me comprometo?
 
•Reconocer una situación de “cansancio” o “fracaso” en la que necesito obedecer más a Jesús.
•Dar un paso concreto de fe: puede ser ayudar a alguien, compartir la Palabra, o reconciliarme con alguien.
•Esta semana, repetir un acto de confianza diaria: obedecer a Dios incluso en lo pequeño.

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