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Evangelio del día – Lectio Divina Juan 6, 52-59

Lectio Divina de Carlos Ivan Mendoza de Pánama

1- Invocación al Espíritu Santo:

Ven, solo ven, solo ven a mí.
Ven, solo ven, solo ven a mí.
Ven espíritu de amor transforma mi corazón
Con tu presencia, cambia mi vivir,
Apodérate de mí, renuévame.

Ven, solo ven, solo ven a mí.
Ven, solo ven, solo ven a mí.
Ven espíritu de amor transforma mi corazón
Con tu presencia, cambia mi vivir,
Apodérate de mí, renuévame.

TEXTO BÍBLICO: Del Evangelio según San Juan 6, 52-59

«Los judíos discutían entre sí: « ¿Cómo puede éste darnos a comer carne?» 53. Jesús les dijo: «En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. 54. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. 55. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57. Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. 58. Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre. 59. Así habló Jesús en Cafarnaúm enseñando en la sinagoga.»

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estamos llegando casi al final del Discurso del Pan de Vida. Aquí empieza la parte más polémica. Los judíos se encierran en sí mismos y empiezan a cuestionar las afirmaciones de Jesús.
Carne y sangre: expresión de vida y de entrega total. Los judíos reaccionan «¿Cómo este hombre puede darnos su carne para comer?» Era cerca de la fiesta de Pascua. Dentro de unos pocos días, iban a comer la carne del cordero pascual en la celebración de la noche de pascua. Ellos no entendían las palabras de Jesús, porque tomaron todo al pie de la letra. Pero Jesús no disminuyó las exigencias, ni tampoco retira nada de lo que había dicho.
Comer la carne de Jesús significa aceptar a Jesús como el nuevo Cordero Pascual, cuya sangre nos libera de la esclavitud.
Beber la sangre de Jesús significa asimilar la misma manera de vivir que marcó la vida de Jesús. Lo que trae vida no es celebrar el maná del pasado, sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su sangre.
Participando en la Cena Eucarística, asimilamos su vida, su donación y su entrega. “Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.” Deben aceptar a Jesús como mesías crucificado, cuya sangre será derramada.

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

1. ¿Qué tanto me esfuerzo por comer su cuerpo y su sangre?
2. ¿En realidad valoro este gran sacrificio y alimento?
3. ¿En verdad creo que su cuerpo es verdadera comida y su sangre es verdadera bebida?
4. ¿Cuándo recibo a Jesús lo dejo vivir en mí? ¿Soy eucaristía viva?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Señor, Te doy gracias por quedarte en un pedazo de pan y en unas gotas de vino, Con sencillez y humildad te mantienes junto a nosotros, no solo para amarnos y llevarnos al padre sino que nos alimentas con tu cuerpo y sangre, te entregas por completo a nosotros para que así podamos lograr obtener todas las gracias que el Señor tiene para nosotros, siempre y cuando vivamos a tu manera y dejamos que tu vivas en nosotros, Viviendo a tu manera y dejando que tu tomes el control de todo es como alcanzaremos todas esas gracias y fuerzas para poder afrontar cada situación de vida y finalmente poder ganar la vida eterna. Amén

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

“Así quien me come vivirá por mí”

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

– Asistiré más seguido a la fiesta eucarística, no solo los domingos sino también algunos días de la semana
– Lucharé por ser una eucaristía viva en todo momento y en todo lugar

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