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Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 8, 4-15.

Lectio del día, Julio Hernández

 

Hermanos buenos días les comparto la Lectio Divina del Evangelio de hoy sábado 17 de septiembre

Ven Espíritu Santo ilumina nuestros corazones y danos entendimiento para poder hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas.

LECTURA:

Evangelio Lucas: 8, 4-15

En aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al ir pasando por los pueblos, otros más se le unían. Entonces les dijo esta parábola: «Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron. Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por uno». Dicho esto, exclamó: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!»

Entonces le preguntaron los discípulos: «¿Qué significa esta parábola?» Y él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer claramente los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas para que viendo no vean y oyendo no entiendan.

La parábola significa esto: la semilla es la Palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia».

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

 

MEDITACIÓN:

Hoy el Evangelio nos regala una parábola que tiene una gran importancia, porque es la única parábola que explica Jesús.

Podemos verla desde dos ángulos fundamentales, desde la perspectiva del Sembrador que siembra la semilla o del de la tierra en la que cae esta semilla.

Como Sembradores es nuestra responsabilidad sembrar por donde quiera que vayamos y confiar en la Misericordia de Dios que es quien riega la tierra y produce fruto.

Como receptores de la semilla tendríamos que analizar qué tipo de tierra somos y si nuestra tierra es tierra fértil que produce los frutos que Dios espera de nosotros.

 

ORACIÓN:

Señor has que tú semilla produzca fruto abundante en nuestras vidas.

CONTEMPLACIÓN:

¿Estoy sembrando la semilla del evangelio por donde quiera que voy?

¿Esta semilla que recibimos es La Palabra de Dios, como la recibimos?

¿Cuál es nuestra actitud, nuestra apertura, que clase de tierra somos al recibir la semilla de la palabra?

¿Somos tierra fértil o le damos prioridad al entretenimiento y los placeres de la vida?

ACCIÓN:

Hagamos una revisión de vida y analicemos si la palabra de Dios está cayendo en tierra fértil o si necesitamos mayor apertura y dedicación para que la semilla cave hondo en nuestras vidas y produzca fruto abundante.

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