«Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia»
Hno. Ricardo Grzona, frp
PRIMERA LECTURA: Hechos 12, 1-11
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
SEGUNDA LECTURA: 2 Timoteo 4, 6-8. 17-18
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BÍBLICO: Mateo 16, 13-19
13 Jesús fue a la región de Cesarea de Filipo y allí preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?” 14 Ellos le respondieron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que eres Elías, y otros, que eres Jeremías o uno de los profetas”. 15 Él les dijo: “¿Y ustedes? ¿Quién dicen que soy?” 16 Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente”. 17 Jesús le dijo: “Simón, hijo de Jonás, dichoso tú, porque esta verdad no te fue revelada por ningún ser humano, sino de mi Padre, que está en el cielo. 18 Por tanto, yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y los poderes de la muerte no podrán vencerla. 19 Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que prohíbas en la tierra estará prohibido en el Cielo, y lo que permitas en la tierra estará permitido en el Cielo”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
El texto de hoy presenta a Jesús alejándose del rechazo que fariseos y saduceos habían generado en su contra y adentrándose a la región de Cesarea de Filipo (v. 13). Esta zona se encuentra a 30 km al norte de Galilea. La historia establece que fue fundada por Filipo, hermano de Herodes Antipas, y que era una ciudad en su mayoría gentil.
La perícopa que nos compete es parte de lo que algunos comentaristas definen como la quinta parte del evangelio, la de la formación de los discípulos (13:53-18:35).
No debe extrañarnos entonces que, al entrar a esta zona, Jesús plantee una agenda instruccional. Algunos biblistas, dicen que, a su juicio, lo hace al estilo de Sócrates cuando reunía a sus estudiantes y los sometía a su pedagogía basada en preguntas y respuestas, la llamada mayéutica. En el caso de Jesús, somete a sus discípulos a dos preguntas que implícitamente son una especie de prueba. Es probable que estas preguntas de Jesús tuvieran el propósito de verificar hasta dónde sus discípulos estaban al tanto de la opinión pública en relación con su identidad.
La primera pregunta es: “¿Quién dicen la gente que es el Hijo del Hombre?” (v. 13). En el presente texto, Jesús no utiliza la primera persona como en Marcos, sino que se refiere a sí mismo en tercera persona, como Hijo del Hombre. Dicho concepto se ha interpretado tradicionalmente como un título mesiánico, como una sugerencia más que como una afirmación explícita.
Las respuestas (v. 14) son variadas: 1) El Hijo del Hombre sería Juan el Bautista, resucitado de la muerte; 2) El Hijo del Hombre sería Elías, resucitado según una interpretación literal de Malaquías 4:5; 3) Llama la atención que en Mateo también se añada a Jeremías (quien no es mencionado de manera explícita en los textos paralelos de Marcos y Lucas); y 4) Uno de los profetas, sin especificar cuál de ellos (véase Lucas 7:16; Juan 6:14). De este modo, Jesús es identificado con personajes del pasado; no como una persona única, con su propia identidad.
La segunda pregunta va dirigida directamente a sus discípulos, que han estado con él durante un tiempo extenso: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (v. 15). Simón Pedro responde por todos ellos: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente” (v. 16). Los tres evangelios sinópticos registran las palabras de Pedro con algunas diferencias verbales, pero con un elemento en común: “Tú eres el Mesías” (Mc 8:29); “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:16); y “El Mesías de Dios” (Lucas 9:20).
Esta variedad de confesiones significa que no existía una fórmula “ortodoxa,” reconocida universalmente en aquel momento histórico. Sin embargo, las tres confesiones utilizan la palabra clave: el Mesías, es decir, el Cristo.
La palabra griega “Cristo,” al igual que la hebrea “Mesías,” quieren decir “Ungido.” Estudiosos comentan que esta confesión de Pedro llamando a Jesús “El Mesías” va más allá de la confesión de mesianidad; refleja probablemente la fe más desarrollada de la primitiva comunidad cristiana. Esto implica que nos encontramos con una comunidad de fe, con una identidad que ha ido evolucionando conforme a las diversas vivencias posteriores a la resurrección. Esta comunidad identifica su razón de ser y su misión con el Mesías, el Cristo. Y cabe preguntarnos: ¿Hasta dónde nuestra identidad como Iglesia está clara y no se deja afectar por factores exógenos que podrían conducirla a otros fines? ¿Responde la iglesia contemporánea a las exigencias de un discipulado conforme a las enseñanzas de Jesús?
El v. 17 es una respuesta de Jesús a Simón. De hecho, parece más bien un elogio. Lo llama dichoso, “bienaventurado”, ya que tal confesión no le fue revelada por carne ni sangre, sino por “mi Padre que está en los cielos.” ¿Qué significa esto? Jesús aclara que la percepción espiritual expresada por Simón en dicha confesión no era el resultado de una deducción natural y humana, de carne y sangre, sino que era el resultado de una revelación de Dios Padre. Fue un acto de gracia por parte de Dios. Pero no significa que la respuesta de Pedro se haya dado en el vacío. Es el producto de una fe que ha venido formándose en el camino con Jesús. Es una respuesta madura que brota del corazón como una verdad (una revelación). En su modo impulsivo de ser, Pedro da de manera categórica la respuesta de quienes estaban buscando un nuevo paradigma en relación con una figura mesiánica que no se ajustara a los modelos pasados de la tradición.
Inmediatamente después, en el v. 18, nos encontramos con otra respuesta de Jesús a las palabras de Simón. Jesús le da un nombre nuevo a Simón, hijo de Jonás. Le dice: “tú eres Pedro.” En el original griego, Pétros es Pedro y es la forma masculinizada del nombre femenino petra que significa piedra o roca. Las palabras siguientes de Jesús (vv. 18-20) han sido ampliamente discutidas a través de la historia de la iglesia.
La comunidad de San Mateo, parece estar afirmando la importancia de su identidad como creyentes y las implicaciones que tiene seguir a quien es proclamado como el Mesías, el Cristo. El mismo texto nos ha ido guiando al respecto. Primero, Jesús inicia el diálogo con la pregunta acerca de su identidad (v. 13) y luego pregunta por la opinión de quienes lo conocían (v. 15). Eventualmente, Jesús da un nuevo nombre a Simón. Lo llama Pedro (roca o piedra). El movimiento que Jesús había formado permanecería sobre la base de la fe en Jesús como Mesías, y se presenta a Pedro como un líder, portavoz y modelo de esa fe. Al llamar a Pedro la roca sobre la cual “edificará su (mí) iglesia,” Jesús está anticipando el papel que jugaría dicho discípulo como líder de la joven iglesia en la integración de nuevos grupos étnicos en la comunidad cristiana (véase Hechos 1-12).
En este proceso de misión, Jesús promete que “las puertas del Hades” no dominarían la Iglesia. Hades en el original griego significa “lugar no visible.” El equivalente en hebreo es Seol y se usa generalmente para referirse a la tumba. Parece ser que Jesús está prometiéndoles a sus discípulos/as que la tumba o el infierno no podrían resistir el avance de la Iglesia.
Reconstruyamos el texto:
- ¿A qué región fue Jesús?
- ¿Qué les preguntó Jesús a sus apóstoles?
- ¿Qué respondieron los apóstoles y a quienes mencionan?
- A la respuesta de los apóstoles ¿Qué le contestó Jesús?
- ¿Quién vuelve a contestar a Jesús y que le dice?
- ¿Qué le contesta Jesús a Simón?
- ¿Cuál es el nuevo nombre de Simón y porque le dio ese nombre Jesús?
- Con este nuevo nombre de Simón ¿Qué es lo que le da Jesús, que autoridad y poder tendrá?
2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
Jesús les hace 2 preguntas hacia afuera y hacia ellos para hacerles ver la determinación y objetivos de sus acciones. Así veamos, que una vez que han entendido que Jesús es «El camino y la verdad», absolutamente todo gira en torno a Él, porque es el verdadero verbo en acción.
- Si hoy Jesucristo o alguien me hiciera esta pregunta acerca de él, «¿Quién dicen que soy?», ¿Qué diría?,
- Veamos a Jesucristo desde muchos puntos de vista, desde lo espiritual, desde la justicia, como amigo, como maestro, ¿Mis respuestas son desde lo que yo siento o desde lo que he escuchado?,
- ¿Estoy convencido y atento como Pedro a las preguntas, encomiendas y llamados que Jesucristo me hace?,
- ¿Me siento como Pedro a quien el Señor se dirige y me dice: que sobre mi sigue edificando su Iglesia?, ¿De qué forma le ayudó en este mandato?
- San Pablo, inicialmente fue el enemigo, esto se dio porque su educación, preparación no estaba abierta a tener una perspectiva diferente de las escrituras, porque las entendía literalmente, quizás no se dejaba iluminar por el Espíritu Santo, pero fue Jesús quién vio en él, que era el instrumento que necesitaba para ayudar a expandir la Iglesia,
- ¿Dejo que el Señor, a través del Espíritu Santo actúe sobre mí?
- Cuando leo las Sagradas Escrituras, la Biblia ¿Busco interpretarlas los más ampliamente posible para así poder entender y dar el mensaje correcto del Señor?
- Al igual que a Pablo, ¿Le pido al Señor que me permita ver lo que Él me quiere mostrar y el camino que debo seguir?
- ¿Cómo me puedo identificar con San Pedro y San Pablo?
- ¿Me siento que al igual que a San Pedro y San Pablo, hoy el Señor me dice que yo también puedo seguir ayudando a llevar su mensaje de valores, de amor para tener un mundo mejor?
3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.
Señor Jesucristo gracias por edificar en San Pedro y San Pablo nuestra Iglesia, gracias porque les diste la fuerza, la voluntad, la fe y el amor para dar las cátedras, las enseñanzas para extender tu mensaje, tu Palabra y hoy en día podemos seguir construyendo tu iglesia y decir «Que tú eres el amor, que tú eres el único camino y la verdad».
Quiero ser el Pedro, el Pablo que siga edificando y extendiendo tu iglesia.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
Añadimos nuestras intenciones de oración.
Amén
4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Como interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia»
(Versículo 18)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.
5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo o en grupo:
- Hagamos un listado de todo lo que entendemos que es Jesucristo para nosotros y compartamos esto con algún hermano o un amigo.
- Sintiendo ese mismo llamado y mandato de Jesucristo a San Pedro y San Pablo, que acciones debería realizar con la evangelización y misión para que sigamos edificando y extendiendo la Iglesia
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar