Solemnidad de María Madre de Dios Ciclo B

«María guardaba todas estas cosas meditando sobre ellas en su corazón»

Hno. Ricardo Grzona, frp
Cristian Buiani, frp

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PRIMERA LECTURA: Números 6, 22-27
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 67(66), 2-3.5.6.8
SEGUNDA LECTURA: Gálatas 4, 4-7

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

-Amén-

TEXTO BÍBLICO: Lucas 2, 16-21

16 Fueron rápidamente, y encontraron a María y a José, y vieron al niño acostado en el pesebre. 17 Luego contaron lo que había sido anunciado a ellos sobre este niño. 18 Todos los que escucharon a los pastores quedaron asombrados, 19 pero María guardaba todas estas cosas meditando sobre ellas en su corazón. 20 Los pastores regresaron a los campos, glorificando y alabando a Dios por lo que habían escuchado y visto, tal como les había sido anunciado.

21 Cuando se cumplieron los ochos días llegó el momento de circuncidar al niño y lo llamaron Jesús, porque el ángel le había dado ese nombre al niño antes de que él fuera concebido en el vientre.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Este es el domingo posterior a Navidad, y en esta oportunidad celebramos la festividad de María Madre de Dios como cada primero de enero de cada año. Antes de comenzar con un breve estudio del evangelio de este día, vale decir que esta celebración tiene ya origen ya desde los primeros tiempos debido al título que le concedía la iglesia temprana a María en el Concilio de Éfeso en el año 431, y que los cristianos tenían en su devoción llamar a María bajo este título de “Madre de Dios”.

El texto del día de hoy nos sitúa nuevamente en el nacimiento de Jesús. Son los pastores de Belén los primeros en acercarse a Jesús, ellos son considerados parte de los últimos o de los pobres del pueblo y muchas veces despreciados por tal motivo. La imagen de los pastores que corren presurosos al pesebre ante la noticia del nacimiento del Mesías nos recuerda a María que del mismo modo corre presurosa ante la noticia del embarazo de su prima Isabel. Los pastores se apresuraron por curiosidad humana, para ver aquello tan grande que se les había anunciado, llenos de ilusión porque ahora había nacido verdaderamente el Salvador, el Mesías, el Señor que todo el mundo estaba esperando, y que ellos eran los primeros en poderlo ver.

Y al verlo lo encontraron en el pesebre junto a sus padres María y José. Es decir encontraron la señal que el mismo Ángel les había dado  encontraran a un niño nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Esto es un signo de reconocimiento, una descripción de lo que se podía constatar a simple vista. Para los pastores que habían visto el resplandor de Dios sobre sus campos, esta señal es suficiente. Ellos ven desde dentro. Y esto es lo que ven: lo que el ángel ha dicho es verdad. Así los pastores vuelven con alegría. Dan gloria y alaban a Dios por lo que han visto y oído.

María, vive con profundidad estos momentos de la vida de su hijo. En contraste las reacciones de admiración en la algarabía de los presentes ante el pesebre, el silencio de María penetra el sentido de lo que ha sucedido. Precisamente ella, a quien se le había anunciado la gran dignidad de su Hijo nueve meses atrás, ahora, después de largo adviento, lo tiene ante sus ojos. Ella sostiene una tensión mental, afectiva y espiritual hacia Jesús; se vuelva sobre él. También “las meditaba en su corazón”.

La circuncisión de Jesús está prevista dentro de la ley de Israel. El octavo día es el de la circuncisión. Así, Jesús es acogido formalmente en la comunidad de las promesas que proviene de Abraham; ahora pertenece también jurídicamente al pueblo de Israel.

Preguntas para recordar el texto bíblico:

  1. ¿A quiénes encontraron los pastores al llegar al pesebre?
  2. ¿Y al llegar que cosas se pusieron a contar? ¿De qué forma reaccionaban los presentes ante esto?
  3. ¿Cómo vivía María este momento de su vida?
  4. ¿Qué hacen los pastores al volver?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. ¿Qué cristianos se apresuran hoy cuando se trata de las cosas de Dios? ¿Y yo, me apresuro por acercarme a Jesús del mismo modo que los pastores de Belén? ¿Qué cosas hoy me ponen a prisa, o me hacen “ir detrás de” y al fin de cuentas no vale la pena?
  2. ¿Y a mí que me dijeron de Jesús? ¿Recuerdo cómo lo conocí, quienes fueron los primeros que me hablaron de Él o como entro en mi corazón? ¿Me quedo en el acercarme a Jesús y conocerlo o doy el paso que los pastores dieron dando testimonio de Jesús ¿Qué me frena a hablar de Jesús? ¿Qué puedo decir de Él y de qué forma hacerlo?
  3. ¿Qué me dice a mí la imagen de María que conserva todo en su corazón? ¡También yo me pierdo en el bullicio o en la algarabía que no me permite concentrarme en la central? ¿Qué debo guardar y meditar en mi corazón? ¿Me doy tiempo para contemplar las cosas que vivo a diario, o la presencia de Dios que pasa por mi vida cada día?
  4. ¿Vivo la alabanza y la acción de gracias como parte de mi vida espiritual? ¿Cuáles son las razones que tengo hoy para alabar a Dios? ¿Y para darle gracias?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

Tú Niño Jesús, que has venido a iluminar mi oscuridad, haz que comprenda y conozca que eres Dios. Tan pequeño y tan infinito. Tan humilde y tan poderoso. Tan desconcertante y tan adecuado para hacerme crecer en el Amor.

Tú Señor que eres la Paz sana mi corazón de las heridas que me han provocado resentimientos, rencores, odios, miedos y perversidades. Lléname de tu paz y convierte mi corazón de piedra en un corazón de carne. Realmente que experimente un nuevo nacimiento en la misericordia de Dios Padre.

Deseo ser un mensajero de paz, un heraldo de tu Palabra Señor. Encárnate en mi Jesús. Tus Palabras salgan de mi boca como saetas de amor capaces de sembrar nueva vida en aquellos corazones, tristes y desangrados. Padre Santo quiero ser luz del mundo para que todos crean que Tú enviaste a Cristo para salvarnos.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

-Amén-

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«María guardaba todas estas cosas meditando sobre ellas en su corazón»
(Versículos 19)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

En lo personal, vuelvo a leer detenidamente la lectura. Hoy me comprometo a vivir este año nuevo teniendo presente a los pastores de Belén, es decir, acercarme siempre a Jesús, dar testimonio de su persona, y alabarlo en acción de gracias. Uno este plan de vida espiritual a actos de caridad concretos.

Con tu grupo, nos comprometemos a ser una comunidad coherente en el modo de vivir la Fe. Para ello conversamos en el grupo, y pensamos si estamos viviendo la fe auténticamente como Jesús nos pide. Queremos ser como los pastores, que siendo los “últimos” son los primeros en acercarse a Jesús. Como gesto de caridad haremos una campaña en el grupo, donando artículos o ropa nueva para dar al que necesita. 

 

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