Lectio divina
del viernes 13 de Junio de 2025
Viernes X Semana Tiempo Ordinario
Franklin Conil de Venezuela ✍🏻🇻🇪
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
¡Ven, Espíritu Santo! ¡Ven, por la poderosa intercesión del corazón Inmaculado de María, tu amadísima esposa, ven!!
LECTURA: San Mateo 5, 27-32
27 Han escuchado que se dijo: “No cometas adulterio” (Ex 20:14). 28 Pero yo les digo que quien mira a una mujer con deseo de poseerla ya ha cometido adulterio en su corazón. Entonces, si tu ojo derecho te hace pecar, sácalo y tíralo, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo que ser arrojado al infierno. 30 Si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo y no que todo el cuerpo vaya al infierno.
31 También se dijo: “El que repudia a su esposa, le dará un documento de divorcio”. 32 Pero yo les digo que todo hombre que se divorcie de su esposa, excepto en el caso de adulterio, será culpable de hacerla adúltera si se vuelve a casar, y el hombre que se casa con ella también cometerá adulterio”.
Nos encontramos en el capítulo 5 del Evangelio de san Mateo. Jesús se encuentra pronunciando el Sermón de la montaña, donde como el nuevo Moisés presenta la nueva ley que debe regir la vida de todos sus seguidores.
El extracto de hoy se centra en el adulterio y en el divorcio.
El Señor comienza su sermón diciendo: “Han escuchado que se dijo…pero yo les digo”. Con esta expresión el Señor quiere señalar lo que ha dicho en otro lugar, que no ha venido a abolir la ley sino a darle plenitud. Jesús quiere enseñarnos el sentido pleno de la ley de Dios. Para esto debemos estar dispuestos a desaprender lo que hasta ahora hemos aprendido.
MEDITACIÓN:
Quisiera restar tres ideas:
Idea 1:
Para Jesús la infidelidad comienza y se consuma con una mirada posesiva a otra persona que no sea tu esposo o esposa. No hace falta consumar de manera física el adulterio, basta con consentirlo en el corazón.
Los ojos son las ventanas del alma y en el caso del hombre, que es conquistado por la mirada, ha de tener más cuidado, aunque las mujeres no están exentas.
No se trata simplemente de qué miramos sino de qué forma lo hacemos.
En la era en que la mayoría de la población tiene acceso a un teléfono celular somos más vulnerables a pecar con nuestra mirada.
¿En qué estoy fijando mi mirada con deseo de poseerlo?
Idea 2:
El evangelio también resalta la radicalidad que debe tener aquel que ha decidido seguir a Cristo. No se trata de amputar nuestro cuerpo sino de renunciar con determinación a aquellas situaciones de pecado que comprometen nuestra santidad.
¿Qué situación debo arrancar de mi vida?
Idea 3:
Por otra parte, el Señor señala la responsabilidad que tiene aquel que se ha casado pues, si se separa de su pareja la expone a cometer adulterio si está de vuelve a casar y también a quien se case con esta persona.
Aquí cabría aplicar la frase que una vez me dijo mi director espiritual cuando me vio en un viaje apostólico junto con mi esposa: “Nada mejor que una cadena con su candado”.
Es una gran exigencia para quienes hemos decido santificarnos en el matrimonio. A pocos días de haber celebrado Pentecostés, es una propicia ocasión para clamar la fuerza del Espíritu Santo sobre los casados para que el Espíritu Creador venga a renovar la faz de la tierra.
¿A quién estoy induciendo al pecado con mis acciones?
ORACIÓN:
Les invito a orar con el Salmo 103, el mismo con el que hemos orado el domingo de Pentecostés.
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
Bendice al Señor, alma mía;
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
¡Que numerosas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas.
Bendice al Señor, alma mía. R.
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
Todos los vivientes aguardan
que les des comer a su tiempo;
les das el alimento y lo recogen,
abres tu mano y se sacian de bienes. R.
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
Si retiras tu aliento,
toda creatura muere y vuelve al polvo.
Pero envías tu espíritu, que da vida,
y renuevas el aspecto de la tierra. R.
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.
CONTEMPLACIÓN:
“…si tu ojo derecho te hace pecar, sácalo y tíralo, porque es mejor perder una parte de tu cuerpo que ser arrojado al infierno”
ACCIÓN:
Estaré atento a aquello en lo que fijo mi mirada.
Pondré atención en aquello que miro en mi celular o en la web.
Reflexionaré sobre mi vida y cómo está repercutiendo en la vida de los demás.