Lectio Divina
Martes 15 de julio de 2025
Martes XV Semana Tiempo Ordinario
Raúl González de Panamá ✍🏻🇵🇦
Oración inicial
Ven Espíritu Santo, infunde tu luz y abre mis oídos para escuchar tu palabra y poner mi corazón atento a tus mandatos.
Amén.
Evangelio según San Mateo 11, 20-24
20 Entonces Jesús comenzó a acusar a las ciudades donde había hecho muchos milagros, porque sus residentes no se habían arrepentido, diciendo:
21 “¡Ay de ti, ciudad de Corazín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron entre ustedes se hubieran hecho en las ciudades de Tiro y Sidón, sus habitantes ya se habrían arrepentido, cubiertos con ropas ásperas y ceniza. 22 Porque les digo que, en el día del juicio, Dios tendrá más piedad por Tiro y Sidón que por ustedes, Corazín y Betsaida. 23 Y tú, ciudad de Cafarnaúm, ¿serás exaltada hasta el cielo? Serás hundida hasta el mundo de los muertos, porque, si los milagros que se realizaron en ti se hubieran realizado en la ciudad de Sodoma, todavía ésta existiría hoy. 24 Pero les digo que, en el día del juicio, Dios tendrá más piedad de Sodoma que de ti, Cafarnaúm”.
Lectio ¿qué dice el texto?
Estos pasajes que hemos escuchado los días previos están dentro del sermón de la misión.
Jesús comenzó a acusar a las ciudades donde había hecho milagros porque sus habitantes no se habían arrepentido, no habían escuchado el mensaje de su palabra. Eran pueblos cercanos en un territorio muy reducido donde Jesús inició la misión, sin embargo se mantuvieron en su cerrazón, no abrieron su corazón al anuncio del Reino de Dios.
Jesús las compara con las ciudades del Antiguo Testamento, como Tiro y Sidón, que fueron ciudades enemigas de Israel y que maltrataron a los profetas, y de Sodoma que ya conocemos que fue destruida; y afirma que Dios tendrá más piedad de estás ciudades que de ti Cafarnaún.
Meditación ¿qué me dice el texto?
Me sitúo en el reproche que hace Jesús a estas ciudades, ya que cuántas veces no he escuchado la palabra del Señor y no obedezco, desprecio la llamada a participar a vivir en el Reino de Dios que es la plenitud de vida, por seguir a mis propios ídolos e intereses.
¿cómo es mi apertura a la Buena Nueva de Jesús?
Oración ¿qué le respondo al Señor?
Señor Jesús:
Gracias por tu palabra, por tu amor y misericordia.
Gracias por el anuncio del evangelio, que viene a ser la buena noticia del Reino de Dios, del perdón de mis pecados y la paz.
No permitas que endurezca mi corazón, para que pueda escucharte y vivir en tu gracia atento a tu Palabra.
Contemplación ¿cómo lo interiorizo?
Me imagino a Jesús caminando por las ciudades, mirando con tristeza la dureza de corazón de sus habitantes.
Lo contemplo mirándome a mí, con esa misma mirada misericordiosa, esperando mi respuesta.
Dejo que su voz resuene en lo profundo de mi corazón, invitándome a volverme a Él, a dejar mis resistencias, a convertirme cada día.
Me quedo en silencio, repitiendo interiormente:
«Señor, abre mi corazón para escucharte y seguirte».
Acción ¿a qué me comprometo?
Hoy me comprometo a revisar sinceramente mi vida, para reconocer en qué aspectos me he cerrado al llamado de Dios.
Decido dar un paso concreto de conversión:
✔ Buscar reconciliarme con alguien,
✔ Dedicar un tiempo diario a la oración,
✔ Renunciar a un hábito que me aleja de Dios,
✔ Servir con más generosidad a los demás.
Que mi vida sea un signo de apertura y de fe viva en el Evangelio