Evangelio del día – Lectio Divina Juan 15,1-8

Lectio Divina

Beoneth Vega de México 🇲🇽

Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado, y se renovará la faz de la tierra.
¡Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con luz del Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

Lectura del santo Evangelio según san Juan: 15, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos’’.

¿Qué nos dice la lectura?
En este evangelio Jesús nos dice que él es la vid, es decir el tronco del arbusto que da uvas, y nosotros somos los sarmientos, que son las ramas que nacen del tronco para dar frutos, y así como las ramas cuando son arrancadas del tronco se secan y mueren, así también nos pasará si nos alejamos de él; y así como a la vid se le poda para que dé más frutos así también nosotros somos “podados” para dar más.
También Jesús nos invita a fortalecer la relación con él cuando dice: Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá.

Meditación
¿Cuántas veces no hemos pasado por situaciones en las que sentimos que Dios nos limita o nos quita algo que deseamos? Y después viene algo mejor para nosotros, incluso nosotros a través de esa situación nos volvemos más fuertes, más cercanos a él, es en ese momento que Dios nos está podando, nos está quitando aquello que nos apaga, que nos estorba para seguir creciendo fuertes al lado de Jesús, aquello que nos quita la fe y nos consume en el dolor, en la desolación, pero de nosotros depende fortalecernos en él, y que no seamos esa rama muerta que quita del camino de otra porque le robamos la fe, y en lugar de mejorar debilitamos.

Oración
Padre amoroso, permíteme estar siempre en comunión con tu hijo Jesús, aprendiendo de él, y aleja de mí todo aquello que me aparte de ti, sé que algunas situaciones van a doler, e incluso hasta podré enojarme y querer alejarme, porque no comprenderé, pero déjame reconocerte siempre ahí, ver en ese sufrimiento tu amor y así seguir unida a ti.

Contemplación
Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Acción
Me comprometo a seguir fortaleciendo mi fe y mi relación con Jesús a través de alguno de los siguientes medios: misa, confesión, comunión, hora santa u oración.

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