Lectio Divina
Sábado 27 de Diciembre de 2025
Sábado Fiesta del Apóstol y Evangelista San Juan
Por Wendy Barrios de Guatemala ✍🏻🇬🇹
Invocamos al Espíritu Santo
https://www.youtube.com/watch?v=QXH-9xAdwNE
Oh, Espíritu Santo
Amor del Padre, y del Hijo
Inspírame siempre lo que debo pensar
Lo que debo decir
Cómo debo decirlo
Lo que debo callar
Cómo debo actuar
Lo que debo hacer
Para gloria de Dios
Bien de las almas
Y mi propia Santificación
Espíritu Santo
Dame agudeza
Para entender
Capacidad para retener
Método y facultad para aprender
Sutileza para interpretar
Gracia y eficacia para hablar
Dame acierto al empezar
Dirección al progresar
Y perfección al acabar, amén
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1a. 2-8
1 El primer día de la semana, el domingo, muy temprano en la mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue a la tumba y vio que la piedra que cubría la entrada había sido movida. 2 Luego corrió al lugar donde estaban Simón Pedro y otro discípulo, el que Jesús amaba, y les dijo: “Se llevaron al Señor de la tumba, y no sabemos dónde lo pusieron”.
3 Pedro y el otro discípulo, saliendo de allí, fueron a la tumba. 4 Los dos corrieron juntos, pero el otro discípulo corrió más rápido que Pedro y llegó primero. 5 Inclinándose para mirar dentro, vio las sábanas de lino puestas allí pero no entró en la tumba. 6 Poco después llegó Simón Pedro y entró en la tumba. Él también vio las sábanas colocadas allí 7 y la tela que había sido puesta sobre la cabeza de Jesús, no estaba con las sábanas, sino que estaba enrollada a un lado aparte. 8 entonces el otro discípulo, que había llegado primero, también entró en la tumba. Él vio y creyó.
1. Lectio (¿Qué dice el texto?)
Juan 20, 1a:
«El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer y encontró la losa quitada.».
Juan 20, 2-8:
María avisa a Pedro y al «otro discípulo» (Juan). Corren juntos; Juan llega primero, ve las vendas y el sudario doblado, pero no entra. Pedro entra, ve las vendas y el sudario. Luego entra Juan, «vio y creyó», aunque no comprendían aún que Jesús debía resucitar.
Celebramos hoy la fiesta de Juan, el discípulo amado, dentro de la Navidad ¿Por qué razón? Juan con sus escritos, especialmente en su evangelio nos habla de la Divinidad de Jesús, con expresión sublime el misterio de la Encarnación, como Dios se hace hombre y viene a nosotros.
En el evangelio nos ubicamos en la escena de la mañana de Pascua con tres personajes: María Magdalena, Pedro y Juan. Después de dos noches oscuras y a escondidas María Magdalena corre a avisar a Simón y al otro discípulo quienes corren al sepulcro para verificar por ellos mismos. Emprenden una gran carrera. Juan llega primero, porque es más joven, puede correr más ligero pero también porque es el discípulo amado, pero Pedro entra primero porque es la roca, el jefe de la Iglesia, a quién se le han dado las llaves de atar y desatar. Luego entra el discípulo amado, ve y cree.
2. Meditatio (¿Qué me dice a mí hoy?)
Ciertamente me puedo identificar con cualquiera de los personajes:
• María Magdalena: la de los 7 demonios, enamorada de Jesús, le siguió hasta el calvario.
• Pedro: el discípulo que negó al Señor tres veces, y al que Jesús le dijo que era la roca y que edificaría su Iglesia, nuestra iglesia, sobre ella. Es el pescador, que quiso disuadir al Señor de la cruz.
• Juan: es una figura fundamental, porque es el discípulo a quien el Señor amaba, y va a revelarnos en sus escritos, que el “verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Es el águila que vuela alto y puede llegar a Jesús, y traérnoslo a nosotros, con sus revelaciones, sus escritos. Buscando los signos del Dios.
María Madalena corre, para llevar un mensaje, una misión para que los discípulos emprendan una acción
¿Qué acción me está pidiendo hoy el Señor?
La carrera que emprenden (todos) es una carrera de amor, de esperanza y nos interpela cómo está nuestro camino en la Iglesia, cómo están nuestros pasos, cómo vamos y si vamos a la par de los demás, juntos o cada uno por su lado. Si en verdad nuestro camino refleja a esa Iglesia en salida de la búsqueda de los signos visibles de Dios, sobre todo cuando no notamos su presencia, cuando no lo vemos.
Así como Juan y Pedro corrieron juntos, y aunque uno se adelanta al otro, cada quien ocupa su lugar y su momento. Primero entra Pedro, al que Jesús instituye como nuestra roca, de la Iglesia y luego Juan, quien tiene el don de profeta, de ver y mirar más allá de las cosas. Así van juntos y juntos contemplan y ven los signos de Dios.
Al final de cuenta, Juan fue de quien dice la escritura: vio y creyó, quizás antes que Magdalena o Pedro, no lo dice. Pero ¿qué o a quién vio? ¿Al Señor resucitado? Ciertamente no, lo que vio fue el sepulcro vacío y los sudarios. ¿Me siento identificado con Juan, al igual que él no ha visto al Señor resucitado, pero creyó en los indicios de su resurrección?
3. Oratio (¿Qué le digo a Dios?)
Señor Jesús, creo que has resucitado. Ayúdame a correr hacia ti como el discípulo amado, a ver los signos de tu presencia en mi vida y a creer con un corazón abierto y lleno de esperanza. No permitas que me quede en las dudas, sino que me impulse a amarte y a proclamar tu vida
Gracias por este tiempo de gracia, en el que celebramos tu nacimiento, este tiempo donde contemplamos tu divinidad encarnada en nuestra humanidad por puro amor.
Gracias Señor Jesús.
Danos amor y la valentía para correr hacia ti a pasos de gigantes, para estar en camino y ser reflejo de tu misericordia y hallar el descanso en ti.
Danos fe para creer en ti, para celebrar Navidad todos los días de nuestra existencia, y para estar atentos a los signos que pones en cada momento de nuestras vidas para amarte y darnos sin medida a los que más necesitan de ti.
4. Contemplatio (¿Cómo me quedo con Dios?)
Contempla la alegría profunda de María Magdalena y la fe naciente de Juan. Permite que la gracia de la Resurrección te renueve. Déjate amar por Jesús y sé testigo de su amor en el mundo, viviendo la fraternidad y la entrega.
Miro hacia atrás en mi vida y doy gracias a Dios por todas las señales que me ha mandado en este camino y miro hacia delante para ver hacia donde me dirijo. Sin reprochar aquellas señales que he rechazado y sin enorgullecerme con soberbia por aquellas en las que si he creído haber seguido. El Señor siempre ha estado conmigo, se ha hecho hombre por mí y por ti. Agradezco al Señor por su bondad. Por todas las personas que, a pesar de mi falta de conocimiento, me pone para guiarme y acompañarme en este caminar.
5. Actio (¿Qué voy a hacer?)
Buscar momentos para reflexionar sobre la alegría de la Resurrección. Identificar un signo concreto (un pobre, un necesitado) donde ver a Cristo Resucitado y actuar con su amor transformador en esta semana.
¿Cuál es la carrera a la que Jesús me invita hoy?
Identifica los signos de Dios en tu vida donde Dios me invita para salir a su encuentro.
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