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Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 1, 39-56

Lectio Divina 

José Eduardo Ramírez de Guatemala 🇬🇹

Solemnidad de la Asunción de la Virgen María

Invoquemos al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo,
ven sobre nuestras vidas,
ven sobre nuestro ser.
Transforma nuestro corazón de piedra
y permítenos darte gloria,
en Santa María, Virgen, nuestra madre.
Que nos llenemos de la alegría que María,
tuvo en ti, nuestro Dios y Salvador.
Amén
https://www.youtube.com/watch?v=5aQ0FleF9-4

1. Lectura
(¿Qué dice el texto?)

El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes
Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

1.1 Releamos el texto

María se maravilla de las palabras de Santa Isabel, que, por inspiración del Espíritu Santo, la llama “dichosa”, “bendita entre las mujeres”, pero ante todo la llama “la Madre de mi Señor”. San Lucas pone en boca de María, una recopilación de los cánticos de las mujeres santas del Antiguo Testamento, pero que llega a su plenitud en María. Mujeres como Miriam, la hermana de Moisés o Ana la mamá del profeta Samuel, que alabaron a Dios por las maravillas que había hecho el Señor, pero ahora María, trasciende la historia y hasta el día de hoy, la seguimos felicitando por ser la madre del Salvador. En la primera lectura (Apocalipsis 11,19a;12,1.3-6a.10ab): “Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de la alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol…”, María el Arca de la Nueva Alianza que nosotros exaltamos en la Tierra, es exaltada en el Cielo. Y no es para menos, porque como el mismo Jesús se lo diría a aquella mujer que con tanta emoción le dice: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» : «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.» Quien más que María, modelo de servidora y de fiel cumplidora de sus mandatos y creyente que la Palabra del Señor se cumpliría. Las palabras de Isabel, donde enaltece a María, María las transforma en una alabanza y gratitud, no de lo que Dios hizo por ella, sino para con todo su pueblo.

2. Meditación
¿Qué nos dice el texto?
La fiesta de la Asunción de María, es una fiesta que nos lleva a recordar la cristificación que ella vivió en su tránsito por la Tierra, donde, junto a Jesús hizo el camino de redención y junto a Él, sufrió la pasión y muerte y fue testigo de su Resurrección. De esta manera, nos invita a nosotros a vivir nuestra cristificación para llegar un día también a la Gloria de Dios. Felicitar a la Virgen María por su Asunción (dogma que proclamó, por la escucha de la Iglesia, el Papa Pío XII), nos debe ayudar a prepararnos cada día, para ese momento en el que nosotros también, en Cristo, seremos llevados a la presencia del Padre.
Por eso es importante que nos preguntemos:
¿Qué significa para nosotros la certeza de la Asunción de la Virgen María?
¿Cómo vivimos esa realidad?
¿Cómo me preparo para vivir mi propio tránsito de esta vida hacia la realidad celestial?

3. Oración.
¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Hagamos oración ese bello canto del Magníficat y contemplemos nuestra vida en el amor del Señor:
https://www.youtube.com/watch?v=VN7UUvUHVJQ
MAGNIFICAT (Kairoi)

Uh, uh, uh, uh, uh, uh, uh…
Proclama mi alma la grandeza de Dios,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
PORQUE EL PODEROSO HA OBRADO,
Y HACE MARAVILLAS EN NOSOTROS,
GRANDE ES SU AMOR PARA TODOS,
GRANDE ES SU AMOR Y POR SIEMPRE,
GRANDE ES SU AMOR…
Uh, uh, uh, uh, uh, uh, uh…
Hace proezas con su brazo,
corrige a los soberbios y con todo el corazón
ensalza a los humildes, llena de bienes a los pobres.
Su promesa por siempre durará como dijo a nuestros padres.

4. Contemplación:
¿Cómo está actuando Dios en mi vida?
En el espíritu de oración que nos lleva el bello canto del Magníficat, contemplemos a Jesús por medio de María y, encontrándonos con el Señor, sumerjámonos en su amor y descubramos lo que el Señor ha hecho en nosotros.
Podemos repetir algún versículo del texto o del canto, por ejemplo:
“Grande es su amor para todos, grande es su amor y por siempre”.
Hagamos ese bello ejercicio de repetirlo en nuestro corazón.

5. Acción
¿A qué conversión y acciones me invita el Señor?
“María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel.”
María nos da el ejemplo de estar prestos a atender las necesidades de los demás. En el proceso de escucha que la Iglesia ha estado realizando en las Iglesias Particulares, ha resonado una voz muy fuerte de parte de los jóvenes: “nadie nos escucha”. Es momento de ponernos en camino y poner más atención en los jóvenes de nuestras comunidades que necesitan del anuncio gozoso de la Buena Nueva. Algunas ideas que nos pueden ayudar a hacer vida este texto:
• Entrar en contacto con aquellos jóvenes que percibimos que hay soledad en sus corazones. Muchas veces están en nuestra misma casa, son compañeros de trabajo.
• Dejar la comodidad del entorno de la Iglesia e ir a las periferias, tanto físicas como existenciales y encontrarnos con las Isabel que esperan por nosotros, pero no sólo ir y volver, dice el texto que María se quedó unos tres meses con ella, eso significa que debemos hacer proceso con aquellos que nos necesitan.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

 

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