Lectio Divina
Por Carmen Amelia Reyes Liscano de Venezuela✍🏻 🇻🇪
Invocación al Espíritu Santo
¡Ven Espíritu Santo!
Tú que suscitas lenguas nuevas y que pones en los labios palabras de vida, líbranos de convertirnos en una Iglesia de museo, hermosa, pero muda, con mucho pasado y poco futuro.
Ven en medio nuestro, para que en la experiencia sinodal no nos dejemos abrumar por el desencanto, no diluyamos la profecía, no terminemos por reducirlo todo a discusiones estériles.
Ven, Espíritu de amor, dispón nuestros corazones a la escucha. Ven, Espíritu de santidad renueva al Santo pueblo de Dios.
Ven, Espíritu creador renueva la faz de la tierra.
Amén.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas17, 1-6 📖
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tengan cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás.
Los apóstoles le pidieron al Señor:
-Auméntanos la fe.
El Señor contestó:
-Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y les obedecería.
Palabra del Señor.
En este episodio de la vida de Jesús, se relata un diálogo del Maestro con sus discípulos; una exhortación por parte de Jesús, una petición por parte de los discípulos, una respuesta del Señor.
La exhortación: Jesús propone a los discípulos una revisión de vida, les hace ver que los escándalos no pueden evitarse, pero «ay de aquellos que los provocan», aquellos que con intención, escandalizan a los más pequeños; les dice tengan cuidado, cuidado de no ser motivo de escándalo… En medio de este exhorto, muestra también la misericordia infinita, y el modo de actuar del cristiano: reprende, perdona apóstoles, al yo todavía el otro no me gusta que te incomoda al Maestro, le piden: «auméntanos la fe», porque se reconocen incapaces de comprender la lógica que Jesús les plantea, por eso saben que necesitan creer más, para perdonar más.
Una respuesta: el Maestro les vuelve a sorprender, diciéndoles entre líneas que su fe es poca, pues sí fuera del tamaño de la semilla de mostaza, una de las más pequeñas, tendrían el poder de que las montañas y los árboles les obedecieran.
Meditación:
Las lógicas de Dios son incompatibles con nuestras lógicas humanas, por eso, debemos pedir incesantemente, auméntamos la fe… Te invito a meditar este Evangelio haciéndote las siguientes preguntas:
▪ ¿Cuántas veces con mi vida he Sido motivo de escándalo?
▪ ¿Cuántas veces mis acciones no han sido compatibles con el Evangelio o con mi rol de bautizado?
▪ ¿Pido perdón por mis ofensas? ¿Perdono a quien me ofende?
▪ ¿Pido al Señor constantemente que aumente mi fe? ¿De qué tamaño es mi fe?
Oración:
Maestro Bueno:
Tú me reprendes y me perdonas,
Me invitas a corregir mi vida, a hacerla más semejante a la tuya.
Yo fallo constantemente.
Me convierto en motivo de escándalo, sin embargo, Tú con tu misericordia infinita
me acoges en tus brazos y me amas a pesar de mis infidelidades y pecados.
Gracias Señor, porque me perdonas infinitamente.
Me llamas infinitamente,
me unes a ti con tu amor que no tiene límites.
Te pido la gracia de la fe,
para que creyendo en ti,
viva en ti,
perdone en ti,
ame en ti.
Amén.
Contemplación:
De la mente al corazón, yo te miro y Tú me miras Señor:
«Auméntanos la fe».
Acción:
Me comprometo a acercarme al sacramento de la Reconciliación, también a pedir perdón a algún hermano a quien halla ofendido y a perdonar a alguien que me haya pedido perdón.
Nos unimos a ti diciendo:
Padre Nuestro…
Amén.