Evangelio del día – Lectio Divina Lucas 24, 13-35

Lectio Divina
Miércoles 3 de abril de 2024
Miércoles de Pascua
Lectio Divina. Lucas 24,13-35
Exalta Gabriela De La Barra: Bolivia ✍🏻🇧🇴

Invocación al Espíritu Santo

Espíritu Santo de Dios, purifícame, lava todo lo que hay en mí, y déjame en tus brazos, para ser digno de alcanzar las promesas del padre, Libérame, sáname.
Amén

1. Lectura
¿Qué dice el texto?
Del Santo Evangelio de Lucas 24, 13-35

Aquel mismo día, el primero de la semana, dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos setenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué»?
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria»?
Y, comenzado por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.

2. Meditación
¿Qué me/nos dice el texto?

El Evangelio nos hace una de las narraciones más humanas que podemos encontrar en el tiempo de Pascua, con elementos particulares de la manera misma de enseñanza de Jesús.
Primero deja que los discípulos que se encontraban de camino lo tomen como un desconocido, que camina con ellos para compartir su tristeza, en la humanidad, sabiendo que lo único realmente humano es la tristeza, la compartimos de manera innata con cualquiera que está “haciendo el mismo camino” tal cual este forastero; a veces es más fácil hablar de lo que aqueja con alguien que no conocemos. Ellos le empiezan a contar lo que pasó, sorprendidos porque este hombre desconocía los últimos acontecimientos.
A pesar de la primera muestra con las enseñanzas que les daba, no lo reconocían, estaban cegados de dolor y decepción, porque muchas de las enseñanzas no las comprendían.
Cuando caía la noche le hacen una invitación, quédate con nosotros; palabras que Jesús toma de inmediato, una frase que también denota la misericordia de los discípulos, no era correcto dejar que este individuo se vaya solo en la oscuridad, un acto de total fraternidad para el desconocido.
Lo reconocen al final cuando parte el pan, fue solo hasta entonces que entendieron los signos que el mismo cuerpo expresaba; ¡felices atónitos y con muchas preguntas retornan para anunciar la buena nueva, está vivo, lo hemos visto, comió entre nosotros! Reconocer el rostro de Jesús en el hermano, anunciar la buena nueva y seguir actuando en la comunidad con esta felicidad, es el legado que se nos deja en este tiempo de alegría y fiesta.

3. Oración

¿Qué le digo al Señor en respuesta del texto?

Padre de Misericordia, gracias por seguir enseñándonos a verte y reconocerte en los signos que nos dejaste, gracias por permitir que día a día podamos ver tu rostro en cualquiera de nuestros hermanos, para encontrar tu amor y el camino a la vida eterna.

Amén.

4. Contemplación

¿Qué cambios provoca el texto en mi vida?

“Se les abrieron los ojos” (Lucas 24:31)

5. Acción

¿A qué acciones concretas me invita a hacer el texto?

Tratar de vivir a ejemplo de Jesús, enseñar a mis hermanos la cantidad de veces que sea necesario; al igual que los discípulos encontrar el rostro de Jesús Resucitado en mi prójimo.
Amén.

Acerca de Ramón Pané

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