Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 16, 13-19

Lectio Divina por Francisco Pérez de Costa Rica

Buenos días!

1-Invocación al Espíritu Santo.

Oh Espíritu Santo, ilumina nuestra mente, nuestra vida en todo momento. Llénanos de tu entendimiento y de sabiduría para poder comprender desde el corazón todo lo que tienes preparado para nosotros desde la iluminación de tu Palabra. Sé tú nuestra guía, nuestro consuelo, nuestro refugio. Llévanos siempre por el camino justo y danos la paz que nuestra vida necesita. AMÉN.

2-Lectura

Del santo Evangelio según Mateo (16,13-19)
Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas.» Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» PALABRA DEL SEÑOR.

3-Meditación.

El evangelio de hoy habla de tres puntos: la opinión de la gente respecto a Jesús, la opinión de Pedro respecto de Jesús y la respuesta de Jesús a Pedro.
Pedro debe ser piedra, esto es, debe ser fundamento firme para la Iglesia para poder resistir contra las puertas del infierno. Con estas palabras de Jesús, Mateo anima a las comunidades perseguidas de Siria y Palestina. A pesar de ser débiles y perseguidas, las comunidades tienen un fundamento firme, garantizado por la palabra de Jesús. La piedra, como fundamento de la fe, evoca la palabra de Dios al pueblo en exilio: “¡Escúchenme, los que van tras la justicia, ustedes, los que buscan al Señor! Fíjense en la roca de la que fueron tallados, en la cantera de la que fueron extraídos; fíjense en su padre Abraham y en Sara, que los dio a luz: cuando él era uno solo, yo lo llamé, o bendije y lo multipliqué.”. (Is 51,1-2). Indica un nuevo comienzo. 
 Pedro recibe las llaves del Reino. Este mismo poder de atar y desatar es dado también a las comunidades y a los otros discípulos. Uno de los puntos en que el evangelio de Mateo insiste más es la reconciliación y el perdón. Es una de las tareas más importantes de los coordinadores y coordinadoras de las comunidades. Imitando a Pedro, tienen que atar y desatar, es decir, procurar que reinen la reconciliación, la aceptación mutua, la construcción de la fraternidad.

Algunas preguntas de reflexión:

¿Cuáles son las opiniones que existen en nuestra comunidad sobre Jesús? Estas diferencias en la forma de vivir y expresar la fe ¿enriquecen la comunidad o perjudican el camino y la comunión? ¿Por qué?
¿Quién es Jesús para mí? ¿Quién soy yo para Jesús?

4-Oración
Danos Señor, la confianza plena de entregar nuestra vida en tus manos, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos, lo que somos, lo que experimentamos. Danos la sabiduría de poder estar a tus pies, tomados de tu mano, sin que existan dudas de tu amor, de tu gracia, de tu gran compasión y deseo de alegría en nuestra vida. Incrementa el deseo en cada uno de nosotros de seguirte y de amarte cada día más. AMÉN.

5-CONTEMPLACIÓN.

Tomemos la frase que más hizo eco en nuestro corazón y hagámosla vida en nosotros.

6-ACCIÓN

Tomemos un espacio durante el día para conversar con alguna persona sobre el amor y la confianza en Dios.

Saludos, un abrazo fraterno a todos.

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