Lectio Divina por Ramón Emilio Jiménez de República Dominicana
Viernes II Semana de Cuaresma Ciclo B
0. Invocación al Espíritu Santo
Espíritu Santo, te llamamos, te pedimos que vengas y mores en nosotros.
Espíritu Santo, te suplicamos que vengas y nos llenes de ti.
Ven, Espíritu Santo, llénanos, toma nuestros corazones, has de mi corazón tu habitación.
Quédate con nosotros, no salgas. Así como guiaste a Jesús luego del bautismo hacia el desierto, así también nos guíes en esta oración con las Sagradas Escrituras que tu mismo inspiraste.
Amén
Evangelio según San Mateo 21,33-43.45-46.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: «Respetarán a mi hijo».
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: «Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia».
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: «Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor
1. Lectura
¿Qué dice el texto?
Jesús en sus diálogos con las autoridades religiosas del pueblo judío, nos comparte una parábola de una tierra, viña plantada, preparada, arreglada y luego arrendada por su propietario a unos labradores. Ya para el tiempo de recoger los frutos, envía a los servidores a recoger los frutos pues ya había llegado el tiempo. Sin embargo, los labradores se portaron bárbaramente con estos criados, maltratando a unos y hasta matando a otros. Esta acción se repite en otra ocasión y se volvió a cometer la misma acción perversa y hostil con los servidores. El dueño de la viña envió a su hijo pensando que tal vez a él lo respetarían, pero a este lo sacaron fuera y lo mataron.
Jesús lanza dos preguntas, que los fariseos y sumos sacerdotes comprendieron que era directamente para ellos y buscaban echarle mano.
¿Qué hicieron los viñadores con el hijo heredero?
Estas preguntas son las siguientes: ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?
«¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
2. Meditación
¿Qué nos dice Dios en el texto?
Dios prepara su viña para nosotros como muestra de su Amor gratuito, fiel e incondicional. Somos nosotros los que en ocasiones por envidia, soberbia o miedo, nos apropiamos de esta viña y aniquilamos a los enviados de Dios. Sin embargo, el Señor y sus promesas estarán muy por encima de nuestras maldades y miserias.
Estos verbos conjugados en pasado, plantó, rodeó, cavó, arrendó y se marchó nos dejan ver acciones de Dios que han ido preparándonos e invitándonos a esta realidad de la elección de la viña, que fue el pueblo de Israel, y hoy es la Iglesia ese terreno de Dios donde él pone a disposición de sus trabajadores que somos nosotros.
Nos hacemos estas preguntas para meditar con mayor intensidad.
¿Logró identificar al propietario como Dios y la viña como el Reino de los Cielos?
¿Quiénes son los labradores?
¿Quiénes son sus criados?
¿Estamos consciente que hoy es el tiempo de recoger los frutos de la viña?
3. Oración
¿Qué le decimos a Dios?
Te alabamos y te bendecimos por llamarnos a ser labradores de tu viña, también te pedimos perdón por las tantas veces que hemos asesinado y maltratado a tus santos, a los pequeños, al mismo Cristo Jesús en cada hermano, perdón por dañar la casa común que es el planeta tierra. Ayúdanos a salir de nuestras malas acciones, y de nuestro pecado, en especial el de apoderarme de lo ajeno siendo injusto con el trato inhumano a nuestros semejantes, tanto en el hogar como en la convivencia dentro de la comunidad de fe. Gracias porque nos das la oportunidad de construir sobre la piedra viva nuestras vidas, siento tú Jesús nuestra piedra fundamental.
Señor, hoy te necesito más que nunca. Lo que me dices en el Evangelio de hoy es para mí “un duro hueso de roer”. Me pides no sólo que perdone a mis enemigos, sino que los ame y rece por ellos. ¿No es esto algo sumamente rudo? Yo sé que, por mis propias fuerzas, no puedo cumplirlo. Te pido que me ayudes, que me des tu gracia, que me eches no una mano sino las dos. Sé que sin Ti no puedo hacer nada.
Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados, purifícame, sáname, restáurame, renuévame con la Sangre Redentora de tu Hijo; ayúdame a tener un corazón como el suyo, un corazón humilde y generoso capaz de perdonar,
arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne.
4. Contemplación ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
(Salmo 118, 22): La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; esta ha sido la obra de Yahveh, una maravilla a nuestros ojos.
5. Acción
¿A qué me comprometo con Dios?
Pedir perdón a las personas que he ofendido y si en lo material le he hecho mal, retribuirle doble.