Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 6, 7-15

Lectio Divina

Martes, 28 de Febrero de 2023
I Semana del Tiempo de Cuaresma
Eduardo Ramírez de Guatemala ✍🏻🇬🇹

Invoquemos al Espíritu Santo, cantando:

Ven Espíritu de Dios sobre mí

VEN, ESPÍRITU DE DIOS, SOBRE MÍ.
ME ABRO A TU PRESENCIA,
CAMBIARÁS MI CORAZÓN. / (2)
Toca mi debilidad, toma todo lo que soy;
pongo mi vida en tus manos y mi fe.
Poco a poco llegarás a inundarme de tu luz;
Tú cambiarás mi pasado. ¡Cantaré!
Quiero ser signo de paz, quiero compartir mi ser.
Yo necesito tu fuerza, tu valor.
Quiero proclamarte a Ti, ser testigo de tu amor.
Entra y transforma mi vida. ¡Ven a mí!

1. Lectura. ¿Qué dice el texto?

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15
«Al orar, no hablen demasiado, como los paganos, que piensan que Dios escucha a los que hablan mucho. No sean como ellos, pues el Padre de ustedes sabe lo que necesitan antes de que se lo pidan. Ustedes oren de este modo:
“Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden;
no nos pongas a prueba
y líbranos del mal”»
«Pues si perdonan las faltas a los demás, también el Padre celestial les perdonará a ustedes sus faltas, pero si no las perdonan, tampoco el Padre perdonará las de ustedes».
Palabra del Señor.

1.1 Releamos el texto

En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a hacer un ejercicio de oración. En el corazón del Sermón de la Montaña, Jesús nos da una lección, una escuela de oración, partiendo primero de lo que no debemos hacer, en otras palabras, lo que no es oración y luego nos presenta la oración del Padre Nuestro.
Primero, el Señor advierte sobre la retórica y la negociación al orar, en la cual se trata de llenar de palabras y que busca convencer a Dios, para que cumpla lo que se le pide.
El Padre Nuestro nos presenta siete peticiones, tres de relación con Dios, de un Padre que viene al encuentro de sus hijos: “Santificado sea tu Nombre” (6,9c), “venga tu Reino” (6,10ª),“hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (6,10b); y cuatro de relación con mis hermanos y conmigo mismo. Cuatro peticiones que nos muestran a un Padre que conoce las necesidades de sus hijos y que cuida de su familia: trae el pan a su familia (“Danos hoy nuestro pan de cada día”, v.11), que vela por la unidad de su familia muchas veces quebrantadas por discordias (“Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, v.12), que nos sostiene en la debilidad (“No nos pongas a prueba”, v.13ª) y que libera –con la sangre de su Hijo- el mal que se anida en el corazón, para que el hijo no vuelva a irse de su casa (“Y líbranos del mal”, v.13b).

2. Meditación. ¿Qué me/nos dice el texto?

El Padre Nuestro, es una oración en sentido sinodal, sí, Sinodal. Una oración que quita el yo, y nos lanza al nosotros, una oración que quita el individualismo para recordarnos que debemos caminar juntos. Una oración que recoge la esencia de las bienaventuranzas.
En la Cuaresma, el Señor nos pide que abramos nuestro corazón hacia Dios y hacia nuestros hermanos, que descubramos cada día, como lo hizo Jesús, el amor misericordioso del Padre, aprendamos del Señor que nos se abandona completamente al Padre, incluso en la Cruz «¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!». Lo contemplaremos este Viernes Santo, contemplaremos a un hijo que nos enseña que también nosotros nos debemos abandonar en el amor misericordioso de Dios Padre y anunciaremos en la Vigilia Pascual, después de renovar nuestro bautismo, la victoria del Hijo que puso su confianza plena en el Padre.

Meditemos
¿Cómo está mi vida de oración? ¿Es una oración viva y de relación con Dios y con mi hermano o es una oración retórica y egocéntrica?
¿Me abandono al Padre?
¿Me dejo fascinar por ese amor que me hace entregar mi vida completamente al Señor?
Compartamos que otras preguntas nos nacen en el corazón después de leer el texto.

3. Oración. ¿Qué me inspira el texto a decirle al Señor?

Hagamos la oración del Padre Nuestro, pero en cada una de las peticiones, hagamos una pausa y escuchemos lo que Él nos quiere decir y nos inspira.

4. Contemplación. ¿Qué cambios inspira el texto en mi vida?

Hagamos una reflexión sobre nuestra vida de oración, y veamos qué debemos cambiar, para tener una relación real, a través de la oración, con Dios, con mis hermanos y con nosotros mismos.
Hagamos un silencio mientras meditamos el siguiente canto:

5. Acción. ¿Qué acciones me invita a hacer el texto?

En la oración que Jesús enseña, el paralelismo «Padre nuestro/pan nuestro» deja claro que no se puede testimoniar que Dios es nuestro Padre si no nos llevamos como hermanos compartiendo los bienes de la tierra y los frutos del trabajo humano.
Los invito a que hagamos una reflexión sobre aquellas cosas que debemos cambiar en nuestra forma de orar.
También los invito a ver a nuestro lado, al vecino, al pariente, al desconocido, al que nos incomoda, vemos cuál es su necesidad y compartamos con él. Puede ser el Pan de la Palabra de Dios o el que nos alimenta físicamente.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

Acerca de Ramón Pané

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