Evangelio del día – Lectio Divina San Mateo 6, 1-6.16-18

Lectio Divina
Miércoles 21 de Junio de 2023,
XI semana de tiempo ordinario
Eduardo Ramírez de Guatemala ✍🏻🇬🇹

🕊 Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo, Tu que me aclaras todo,
que iluminas todos los caminos para que yo alcance mi ideal.
Tú que me das el don Divino de perdonar y olvidar el mal que me hacen
y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo.
Quiero agradecerte por todo y confirmar
que nunca quiero separarme de Ti.
Deseo estar contigo y todos mis seres queridos en la gloria perpetua.
Gracias por tu misericordia para conmigo y los míos. Amén

📖 Lectura ¿Qué dice el texto?
Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18

“Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que, con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Palabra del Señor.

📖 Releamos el texto:

El Evangelio de hoy, que junto a los de los días anteriores, es parte del Sermón de la Montaña, nos está llevando en un camino de encuentro con el Señor, quien, sentado en lo alto, nos enseña cómo vivir verdaderamente la espiritualidad. Por eso es que nos advierte de lo que sí es un diálogo con Dios y lo que no es. Porque la espiritualidad no es hacer o presentar muchas cosas, sino que lo que hagamos nos lleve al encuentro con el Señor. La limosna, la oración y el ayuno, son medios que nos ayudan a interiorizar con el Señor, a través del verdadero diálogo y el anonadamiento de nuestro ser y así sentir el vacío que sólo Dios puede llenar en nuestras vidas.

🙇🏻 🧘🏻‍♀ Meditación, ¿Qué me dice el texto?

Hoy en día vivimos en un ambiente, donde la imagen es muy valorada, tanto que nos gusta mucho que vean lo que hacemos, en donde estamos o nuestros logros. Nos dejamos llevar por lo que ahora es común, ser famosos. Sin embargo, el Evangelio nos recuerda que todo eso no es importante, ni siquiera cuando se trata de “cosas de Dios”, y lo pongo entre comillas, porque al final nos promocionamos más nosotros que el mensaje que llevamos. La espiritualidad, nos dice el Evangelio, se lleva adentro, es una relación íntima con Dios, la espiritualidad no hace buya, no es imagen, la espiritualidad sólo se ve en el testimonio de vida. “En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo” nos dice el salmo 111.
Preguntémonos:
¿Qué es lo que me motiva a actuar? ¿Será el hecho de ‘hacerme notar’? ¿Actúo buscando en cuanto sea posible aquello que agrada a Dios?
¿En qué forma concreta, nuestra oración y ayuno se transformarán en gestos concretos de solidaridad para quien más lo necesita?

🙏🏻🙌🏼 Oración y Contemplación

¿Qué me hace decirle al Señor el texto? ¿Qué transformación provoca el texto en mi vida?

Hagamos nuestra esta oración atribuida a San Francisco de Asís y en ella contemplemos nuestra vida, nuestro ser y cada una de las cosas que debemos cambiar o mejorar:
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.

🏃🏻‍♀🏃🏻‍♂ Acción, ¿A qué me comprometo?

¿Qué acciones concretas me invita el texto a hacer?

Nuestra oración, nuestro ayuno y limosna, deben partir del darnos, no tanto del dar. Por eso es bueno que veamos a nuestro alrededor, en donde hace más falta mi ser. Y así, cantar con coherencia el párrafo de “Alma Misionera”
Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras,
necesiten mis ganas de vivir.
Donde falte la esperanza,
donde falte la alegría,
Simplemente por no saber de ti.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Acerca de Ramón Pané

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