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Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 22, 1-14

Lectio Divina por Liliana Barria de Panamá

Invocación al Espíritu Santo
Padre, tú que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien, meditar en tu palabra, y gozar de su consuelo, Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Del Evangelio según San Mateo 22, 1-14

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ‘Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’.
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
Luego dijo a sus servidores: ‘El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren’.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
‘Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’.
Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.
Palabra del Señor

Lectura, ¿Qué dice el texto?
Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo que el reino de los Cielos se parece a un rey que celebra las bodas de su hijo, ante tal acontecimiento envía a sus servidores para que avisen a los invitados, pero estos se niegan a ir, vuelve a enviarlos, pero éstos no tienen en cuenta la invitación, se marchan; otros insultan y matan a los servidores. Al saber lo acontecido el Rey ser indigna, envía sus tropas y prende fuego a la ciudad.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
‘Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’.

Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Jesús dirige la parábola de hoy “a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo”, es decir, a personas que de manera clara lo rechazan. ¿Qué hizo Jesús ante esta actitud? Siguió ofreciéndoles sus enseñanzas, de su Buena Noticia, los invitó al banquete de su amistad, todo aquello en vistas de cambiar su corazón de piedra por uno de carne que fuera capaz de aceptarlo a él y al mensaje de salvación que les ofrecía de parte de Dios. Lo mismo hace con nosotros, hoy. Hagamos lo que hagamos, nunca nos va a tachar de su lista, sino que nos seguirá ofreciendo el “banquete” de su amistad. En nuestras manos está el acoger o rechazar esa invitación. Lo único que tenemos que hacer es ponernos el traje de fiesta, es decir el traje de humildad, de agradecimiento, de alabanza por su inmenso amor.

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?

Padre, te damos gracias por que cada día y momento en el que conservas tu misericordia para con nosotros, dándonos la oportunidad de aún colocarnos el traje de fiesta, que representa una vida de gracia santificante. Amén

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios?

“Mi banquete está preparado”.

Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?

Me comprometo a ser un servidor permanente del Señor, preparándome y ayudando a preparar el traje de mis hermanos para llegar a la casa de Dios. Amén.

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