Lectio Divina Dominical XXIV del Tiempo Ordinario Ciclo C

«Estaba muerto y ha vuelo a vivir; estaba perdido y ha sido encontrado»

Hno. Ricardo Grzona, frp
Dr. Emilio G. Chávez

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PRIMERA LECTURA: Éxodo 32, 7-11, 13-14
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 51(50),3-4.12-13.17.19
SEGUNDA LECTURA: Timoteo 1, 12-17

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

TEXTO BÍBLICO: Lucas 15, 1-32

1 En una ocasión, muchos recaudadores de impuestos y pecadores acudieron a Jesús para escucharlo. 2 Los fariseos y maestros de la Ley murmuraban contra Jesús, diciendo: “Este hombre recibe pecadores y come con ellos”.

3 Entonces Jesús contó esta parábola:

4 “Si alguno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja a las otras noventa y nueve en el campo y va a buscar la oveja perdida hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, con alegría la pone sobre sus hombros 6 y al llegar a su casa, llama a sus amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo porque he encontrado mi oveja que se había perdido’. 7 Les digo que también habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse”.

8 “Si una mujer que tiene diez monedas de plata pierde una, ¿acaso no enciende una lámpara, barre la casa y busca con mucho cuidado hasta que la encuentra? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo porque encontré la moneda que estaba perdida’. 10 Porque les digo que también los ángeles de Dios se regocijan por un pecador que se arrepiente”.

 

11 Y Jesús dijo también:

“Un hombre tenía dos hijos. 12 Un día, el más joven le dijo a su padre: ‘Padre, quiero que me des mi parte de la herencia que me corresponde ahora’. Y el padre dividió los bienes entre los dos. 13 Unos días más tarde, el hijo menor reunió todo lo que le pertenecía y se fue a un país que estaba muy lejos. Allí vivió una vida llena de pecado y malgastó todo lo que tenía.

14 Cuando él hubo malgastado todo, vino una gran hambruna en esa región, y él comenzó a pasar necesidad. 15 Luego fue y buscó trabajo con uno de los habitantes de esa tierra y este último lo envió a su campo para cuidar a los cerdos. 16 Allí, pasaba hambre y quería comer lo que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Reflexionando, se dijo: ‘¡Cuántos de los trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, y yo estoy aquí pasando hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti 19 y ya no merezco ser llamado tu hijo. Acéptame como uno de tus trabajadores’. 20 Se levantó y fue a su padre. Cuando aún estaba lejos de casa, su padre lo vio, y sintiendo compasión, corrió y se echó sobre su cuello, y lo besó. 21 El hijo le dijo: ‘¡Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti y ya no merezco ser llamado tu hijo!’

22 Pero el padre dijo a sus empleados: ‘Saquen de inmediato la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo en el dedo y sandalias en sus pies. 23 También traigan el ternero gordo y mátenlo. Comencemos a comer y alegrémonos 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido encontrado’. Y comenzaron a festejar.

25 Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Cuando regresó y se acercó a la casa, escuchó la música y el ruido del baile. 26 Luego llamó a un empleado y le preguntó que estaba pasando.

27 El empleado le dijo: ‘Tu hermano ha venido y tu padre ha mandado a matar el ternero gordo por haberlo recibido sano y salvo’.

28 El hijo mayor se enojó y se negó a entrar. Entonces el padre salió y le rogó que entrara. 29 Pero él respondió a su padre diciendo: ‘He estado trabajando para ti durante tantos años y nunca he desobedecido una orden tuya. Aun así, nunca me has dado ni un cabrito para tener una fiesta con mis amigos. 30 Pero este hijo tuyo, que ha malgastado tus bienes con prostitutas, regresó y has matado para él el ternero gordo’.

31 Entonces su padre le dijo: ‘Hijo, siempre estás conmigo, y todo lo que es mío es tuyo. 32 Pero era necesario hacer esta fiesta y alegrarnos porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelo a vivir; estaba perdido y ha sido encontrado’”.

TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Ex 32:7-11, 13-14; Sal 51; 1 Tm 1:12-17; Lc 15:1-32

l mensaje este domingo es el perdón. La primera lectura relata el pecado original de Israel, quebrantar el primer mandamiento poco después que fue promulgado. Como había sucedido en los días de Noé cuando la maldad y la violencia cundieron sobre la tierra (Gn 6:5-22), Dios tuvo dudas acerca de su elección de Israel, y quiso comenzar de nuevo haciendo un nuevo pueblo con Moisés. Pero Moisés intercedió por Israel, y el Señor se arrepintió de la destrucción que había amenazado, como pasó en tiempos de Noé. El Salmo 51 es el salmo penitencial por excelencia, atribuido al rey David después de cometer adulterio con Betsabé y en efecto asesinar al marido de ésta (tremendo abuso de autoridad; ver 2 S 11-12). Pero el rey pidió perdón y prometió ser un buen ejemplo para otros pecadores necesitados de perdón.

En la segunda lectura, Pablo reconoce que persiguió a la Iglesia, pero nos dice que la misericordia que Dios tuvo con él fue para revelar la perfecta paciencia divina de Jesucristo. Para Pablo, el centro (en inglés, la crux) del misterio es precisamente eso, que Dios pasó por alto nuestros pecados para mostrar lo “justo” que es; ver Rm 3:21-26. Pongo “justo” entre comillas porque el vocablo hebreo que traduce significa una cualidad misteriosa que más bien protege y salva.

El evangelio dramatiza lo esencial del ministerio y mensaje de Jesús: en el tiempo final Dios buscaría a los que estaban perdidos y descarriados y los haría volver a sí mismo. Este es el significado hebreo de lo que llamamos conversión o arrepentimiento: regresar a Dios; ver los pasajes sobre el “buen pastor” en Ez 34:15-16, 23-31).

Las parábolas dirigidas a los pastores (el de las cien ovejas que pierde una y sale a buscarla) pone énfasis en la alegría del encuentro. Lo mismo que la que está dirigida a las mujeres (que pierde la moneda y la busca) también es la alegría por el encuentro.

Jesús fue el agente de Dios para este designio divino de “regresar a Dios” La parábola del “hijo pródigo” no muestra nada del Dios amenazador de la primera lectura; es el hijo temeroso, arrepentido pero aún incrédulo el que piensa que debe preparar un discurso aplacador para su padre, a quien espera estar bien furioso. Pero Dios, el Padre que nos revela Jesús, no es así: rompiendo con la costumbres de lo que es propio en el oriente, este padre sale corriendo mientras su hijo aún está lejos, saliendo a su encuentro y colmándolo de besos y regalos, con una fiesta en vez de probatoria. Es esta extravagancia del Reino en los tiempos finales la que se nos pide practicar a nosotros también; ver Mc 4:3-9, la parábola del sembrador pródigo o derrochador; ver también Mt 20:1-16; Jn 12:3; 19:39. Pero era ofensiva para los “fariseos” de entonces y de hoy.

Preguntémonos para reconstruir el texto:

1. ¿Quiénes se acercaron a escuchar a Jesús?
2. ¿Quiénes murmuraban y criticaban a Jesús? ¿Porqué?
3. ¿Cuáles fueron las primeras dos parábola que Jesús les dice a aquellos que lo escuchaban?
4. ¿Cuál es la síntesis que presenta cada una de estas dos parábolas?
5. Jesús cuenta una de las parábolas más hermosas: La del padre misericordioso ¿Qué hace el hijo menor? ¿Qué hace el hijo mayor? ¿Cómo era la actitud del Padre?
6. ¿Qué pasó una vez que el hijo menor pasó hambre… cuál fue su decisión?
7. ¿Qué estaba haciendo el Padre, cuando vio regresar a su hijo menor? ¿cuál fue su decisión inmediata
8. ¿Qué sucedió con el hermano mayor?
9. ¿Qué hizo el Padre con el hermano mayor?
10. ¿Qué conclusión podemos sacar de esta parábola

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

1. ¿Estoy convencido que Dios es misericordioso?
2. ¿He recibido alguna vez en mi vida esta experiencia de misericordia y perdón? ¿Podría recordarla? ¿Cómo te has sentido ante el perdón obtenido?
3. En la vida pastoral de la Iglesia ¿salimos como el pastor a buscar a la oveja que se ha perdido?
4. ¿Somos conscientes que hoy debemos prolongar el misterio de Jesús, en la Iglesia, y salir a buscar a tantos que por algún motivo se han extraviado, y esto debe ser con amor?
5. ¿Cuáles crees que son los descuidos hoy de la Iglesia en que dejamos perder a nuestros fieles? ¿Haremos como la mujer de la parábola para salir a buscar lo perdido?
6. Nos alegramos cuando nuestros hermanos vuelven al redil de la Iglesia ¿o los criticamos porque se han ido?
7. Mostramos como cristianos la imagen del Padre Bondadoso, o nos enfocamos más en el Padre castigador ¿Cuál será entonces la imagen que debemos mostrar y en qué cambiará todo esto en la vida pastoral?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora. Gracias por tu amor y misericordia.
Gracias porque me cambias la imagen que muchas veces he tenido de Ti, de un Dios castigador, que está con las leyes morales en la mano, para regañarme. Sin embargo me muestras que tú eres por sobre todas las cosas amor, misericordia, perdón.
Quiero pedirte la luz para analizar también todos aquellos lugares de mi vida, de mi corazón donde nunca te he dejado entrar. Para poder pedir perdón, por esas cosas enquistadas en mi vida que ni siquiera reconozco. Ahora quiero ponerlas en tus manos bondadosas.
Quiero imitarte, saliendo a buscar a aquellos que hemos dejado que se vayan. Dame un corazón valiente para ir al encuentro de todos ellos en tu nombre, y en tu misericordia

Amén

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Estaba muerto y ha vuelo a vivir; estaba perdido y ha sido encontrado»
(Versículos 32)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Queremos entrar por la puerta estrecha…. ¿Qué debemos cambiar en nuestra vida para entrar por esta puerta estrecha?

En lo personal, me propongo hacer un verdadero análisis de conciencia. Necesito darme cuenta cuántos agujeros en mi corazón están lejos del Señor, las angustias, donde nunca lo he dejado entrar, las preocupaciones, que me distraen de la misericordia. También pensar en los juicios que yo realizo sobre aquellas personas que por algún motivo dejan nuestras comunidades y tratar de ser misericordiosos, e ir a buscarlos.

Con tu grupo, proponerse una actividad de búsqueda de aquellos que estuvieron en la comunidad y por diferentes motivos se fueron. Que sea una actividad misionera, y hacerles a ellos una recepción tan hermosa, como la que el Padre Misericordioso hizo por su hijo menor que había vuelto. Tener esta actitud de discípulos misioneros, con una actividad que sea novedosa y atractiva.

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