Evangelio del día – Lectio Divina Juan 3, 31-36

Lectio Divina
Jueves, 11 de abril de 2024
II Semana de Pascua
Hugo Ramírez de Córdoba- Argentina✍🏻🇦🇷

Invocación al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo que resucitas todo lo que quieres, que llenas de vida lo que parecía muerto, que sacas lo mejor de cada uno Cuando nadie puede ver nada. Danos el coraje de vivir como verdaderos hijos del resucitado.

  1. Lectura del texto Bíblico: Juan 3, 31-36

El que viene de arriba está por encima de todos. El que viene de la tierra pertenece a la tierra y sus palabras son terrenales. El que viene del Cielo, por más que dé testimonio de lo que allí ha visto y oído, nadie acepta su testimonio. Pero aceptar su testimonio es como reconocer que Dios es veraz. Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios, y Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en sus manos. El que cree en el Hijo vive de vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo se queda con el Dios que condena: nunca conocerá la vida.
Palabra del Señor.

LECTURA, ¿Qué dice el texto?

Nos encontramos en el capítulo 3 del Evangelio de San Juan en el versículo 22. Juan comienza a dar testimonio de Jesús para sus discípulos que tenían ciertos problemas para reconocerlo.
Estaban enceguecidos o cómodamente acostumbrados a una idea que tenían de su maestro, pero esa misma idea les impedía descubrir en una persona de su tiempo la existencia de Dios que caminaba junto a ellos.
Estaban sujetos a una doctrina que tenían como justicia a la acción que Dios castigara a los malos y les diera cosas buenas a los que hacen el bien. Y cómo continuaban en su tiempo viendo algunas situaciones negativas para ellos esperaban todavía la justicia de un Dios que castiga.
Esta manera de pensar podría haber sido propio de la religión del momento, pero esta estructura les impedía reconocer la propuesta que traía Jesús, el modelo que ellos tenían era propio, se lo habían armado a su conveniencia, estaban cómodos con él y cualquier novedad que podía sacarlos de su comodidad provocaba cierto peligro, por tener que oponerse algunas veces hasta sus mismos hermanos y mayor aun a sus maestros.

2. MEDITACIÓN, ¿Qué me dice el texto?

En esta oportunidad este trozo del Evangelio nos hace una invitación movilizadora. Este episodio fue antes de que Jesús muriera y resucitara sin embargo aquí ya vemos reflejado la lógica de Dios que puede sorprendernos en cualquier momento.
Aquí como Juan el Bautista invita a sus discípulos a estar atentos a las cosas que vienen de lo alto. Nosotros también estamos invitados a estar muy pendientes de todas las cosas que pueden estar diciéndonos que Jesús resucitado camina al lado nuestro y lo enceguecidos que podemos estar por algunas de nuestras estructuras.
Todos nosotros podemos estar trabajando hace años en movimientos religiosos, catequesis, misiones y sin embargo no reconocer a Jesús que se nos presenta, que nos sale al camino porque algunas veces el señor decide cambiar los planes. Reconocerlo implica contradecir la manera en la que veníamos pensando, cambiar el convencimiento que teníamos, romper la estructura que nos mantenía cómodos. Es importante saber que Dios es mucho más grande que la idea que nosotros tenemos de Él, de la idea que nosotros nos hemos construido de Él, de la seguridad que nos da pensar como veníamos pensando que era Dios.
Es muy significativa la dinámica de un estanque de agua que para que esté siempre fresca debe que estar en constante movimiento, siempre debe correr agua porque de lo contrario está en peligro de descomponerse si se queda estática, quieta, inmóvil.
Quizás el movimiento que tengamos que hacer hoy mismo es contradictorio al que veníamos haciendo desde niños. Quizás difiera de la idea que tenían nuestros padres. Quizás esta muy lejos de la catequesis que nos enseñaron de niños, pero tenemos que saber que Dios es Dinámico. Que Dios es vida, que es movimiento y así como el amor y no puede dejar de serlo necesita estar en constante movimiento y cambio porque quiere salir al encuentro del hombre de hoy. No dejemos que Dios se quede quieto en mi estructura, dejemos que Dios sea Dios.

3. ORACIÓN, ¿Qué le respondo a Dios?

Señor Jesús yo quiero tener la humildad necesaria para soltar todas mis estructuras y sujetarme a tu dinámica que es movimiento constante, qué es cambio profundo, encuentros fraternos. Qué es el regalo del perdón negado hace muchos años hacia quien mé ofendió. Regálame Señor un corazón capaz de reconocer las cosas de arriba, las cosas que vienen de ti.

4. CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizo tu mensaje, Señor?

Confiado en que Dios va a sostenerme siempre, pienso con mucha humildad en las situaciones en la que estoy sujeto por comodidad por miedo a salir o por miedo a reconocer que estuve confundido mucho tiempo. Puedo hacer una lista de esas situaciones y rezar con ellas respondiendo una pequeña jaculatoria Ej.: Dame Señor un corazón humilde…

5. ACCIÓN, ¿Cómo llevo esta Palabra a mi vida? ¿A qué me comprometo?

En esta ocasión el compromiso será más personal. Ante las situaciones en las que no comprendo todavía lo que Dios quiere de mí o situaciones en la que debo cambiar mi manera de ver las cosas, tendré el coraje de la humildad que espera paciente, que aunque no comprenda en el momento estaré dispuesto a colaborar, dispuesto a seguir caminando aunque no esté claro el camino.

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