Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 5, 1-12

Lectio Divina por P. Héctor Fabio Ramírez de Colombia

0. Invocación al Espíritu Santo:

«Padre Nuestro, concédenos avivar el don de tu Santo Espíritu para poder escuchar tu voz en este texto que vamos a leer, meditar y orar, por Nuestro Señor Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén».

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12.

Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. 2. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo: 3. Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 4. Felices los que lloran, porque recibirán consuelo. 5. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. 6. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 7. Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia. 8. Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios. 9. Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.10. Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 11. Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. 12. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.
Palabra del Señor.

1. Lectura: ¿Qué dice el texto?

Nos encontramos con la máxima enseñanza de Jesús y que está al inicio del conocido «Sermón de la montaña». El contexto lo da el versículo 1, pues aclara que lo pronuncia para sus discípulos; lo que indica que no es de fácil comprensión para quien no está interesado en escuchar a Jesús como Maestro; no lo entenderá quien no quiera ser su amigo, quien no esté cerca de Él. Las bienaventuranzas son exhortaciones, no son mandamientos; son invitaciones de Jesús para ir más allá del cumplimiento de la Ley Mosaica; no anulan ésta, pero sí están por encima de la antigua Ley.

2. Meditación: ¿Qué me dice el texto?

Resuena en mí la repetida invitación de Jesús a ser «Bienaventurado», es decir, a ser verdaderamente feliz, dichoso. Entiendo que, si este es el discurso más importante de Jesús para mí que quiero ser su amigo, que soy su discípulo, entonces es porque Él mismo me regala las claves para ser feliz eternamente, desde aquí, desde este momento de mi existencia. Reconozco en las bienaventuranzas dos dimensiones para ser feliz: el compromiso consigo mismo y el compromiso con los demás.

3. Oración: ¿Qué le digo a Dios?

Gracias Señor, por estas palabras hoy, por esta invitación a ser feliz, verdaderamente feliz. Apenas empiezo a entenderte, pero me apresto a vivir según tu voluntad expresada en tan profundas palabras. Ayúdame a apropiarme de ellas y vivirlas con generosidad. Amén.

4. Contemplación: ¿Con qué me quedo?

Con la repetida palabra: Bienaventurados = Dichosos, felices…

5. Acción: ¿Cómo ilumina esta Palabra mi vida hoy?

Quiero vivir hoy con alegría y sencillez de corazón

Acerca de HECTOR FABIO RAMIREZ GAVIRIA

Actualmente, presto mi servicio como sacerdote misionero en la Diócesis de Florencia, Caquetá, Colombia.

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