Lectio Divina Dominical III de Pascua Ciclo A

«Quédate con nosotros»

Hno. Ricardo Grzona, frp

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PRIMERA LECTURA: Hechos 2, 14.22-23
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 15, 1-2.5.7-11
SEGUNDA LECTURA: 1 Pedro 1, 3-9

Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

-Amén-

TEXTO BÍBLICO: Lucas 24, 13-35

24,13: Aquel mismo día, dos de ellos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, que está a unos diez kilómetros de Jerusalén. 24,14: En el camino conversaban sobre todo lo sucedido.
  24,15: Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona los alcanzó y se puso a caminar con ellos. 24,16: Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerlo.
  24,17: Él les preguntó:
   —¿De qué van conversando por el camino?
   Ellos se detuvieron con rostro afligido, 24,18: y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo:
   —¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoce lo que ha sucedido allí estos días?
  24,19: Jesús preguntó:
   —¿Qué cosa?
   Le contestaron:
   —Lo de Jesús Nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo.
  24,20: Los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
  24,21: ¡Nosotros esperábamos que él sería el liberador de Israel!, pero ya hace tres días que sucedió todo esto.
  24,22: Es verdad que unas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado; ellas fueron de madrugada al sepulcro, 24,23: y al no encontrar el cadáver, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles asegurándoles que él está vivo.
  24,24: También algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como habían contado las mujeres; pero a él no lo vieron.
  24,25: Jesús les dijo:
   —¡Qué duros de entendimiento, cómo les cuesta creer lo que dijeron los profetas!24,26: ¿No tenía que padecer eso el Mesías para entrar en su gloria?
  24,27: Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que en toda la Escritura se refería a él.
  24,28: Se acercaban al pueblo adonde se dirigían, y él hizo ademán de seguir adelante.
  24,29: Pero ellos le insistieron:
   —Quédate con nosotros, que se hace tarde y el día se acaba.
   Entró para quedarse con ellos; 24,30: y, mientras estaba con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
  24,31: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
  24,32: Se dijeron uno al otro:
   —¿No sentíamos arder nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba la Escritura?
  24,33: Se levantaron al instante, volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás compañeros, 24,34: que afirmaban: —Realmente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
  24,35: Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Estudio Bíblico.

Este clásico texto que normalmente llamamos los discípulos de Emaús, porque era el pueblo a donde iban, nos lleva a la página más desarrollada de los elementos que Lucas, con su fineza quiere dejarnos como la gran herencia del cristianismo.

Como estamos en Pascua, los domingos se siguen tomando textos alusivos a ese primer día de la semana en que Cristo Resucitó. De hecho así comienza el texto: “aquel mismo día…” y dice que iban dos de los discípulos. Recordemos algo importante. Jesús tenía 12 Apóstoles (que también obviamente eran sus discípulos, es decir, seguidores). Pero los discípulos eran muchos más. En algún lado nombra a setenta y dos (ver Lucas 10,1). Estos dos, que nombra Lucas, aprovechando que había pasado el Sábado solemne y que podían ya huir de Jerusalén, se iban. Las traducciones son muchas del original griego, pero dice que mientras iban, estaban discutiendo acaloradamente. No era una conversación o discusión normal.

Jesús, como era costumbre en los caminos de unirse a otros que van en la misma dirección, se pone a caminar con ellos. Nadie se extraña, porque era algo normal. Y Jesús sin que lo reconozcan, lanza una pregunta, que produce en ellos algo inmediatamente fuerte. Venían caminando y el texto dice que “se detuvieron tristes”, con el rostro afligido. Es que una pregunta, es como un dedo en la llaga. Ellos no pueden seguir caminando, porque el efecto de la pregunta, los trastorna. Viene el recuerdo, de lo sucedido. Entonces uno de los dos discípulos al que Lucas menciona con el nombre de Cleofás (puede ser el esposo de la otra María que estaba acompañando a la Virgen María la madre de Jesús en el Calvario –Ver Juan 19, 25-ss.), se dirige a Jesús en fuerte tono, habiendo detenido su marcha y le dice: “eres tú el único que ha estado en Jerusalén estos días y no sabe lo que ha pasado?” le reprocha, porque la pregunta lo ofende, lo saca de sí mismo. Lo pone hasta enojado si se quiere. Pero Jesús que todo lo sabe, todo lo comprende y quiere lo mejor para todos vuelve a preguntar ¿Qué ha pasado?

Jesús es quien mejor sabe lo que ha sucedido. Nadie mejor que Él que fue el protagonista de todo. Él sabe y pudo habérselos dicho. Pero Jesús suscita una pregunta para que salga del corazón de ellos la verdadera respuesta:  “Lo de Jesús Nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo…” Aquí es cuando hay que prestar muchísima atención. Porque Lucas con gran y fina ironía, pondrá en boca de Cleofás algo muy interesante. El Kerygma, pero a medias.

Kerygma, es una palabra griega que significa “Anuncio Gozoso” no es un anuncio cualquiera. Y en los escritos del Nuevo Testamento aparece de muchas formas. Es una estructura literaria. Y lleva estos elementos:

  1. Anuncio de Jesús, Profeta Poderoso en Obras y Palabras
  2. La traición al Señor, su pasión y su muerte
  3. Él sería el libertador de Israel (y la humanidad)
  4. La resurrección de Jesús.
  5. TODO SE ANUNCIA CON GOZO Y ALEGRÍA

Pero curiosamente, Lucas pone en boca de Cleofás todos los elementos. Incluso dice que “algunas mujeres llegaron diciendo que estaba vivo, es decir, el anuncio de Resurrección. Pero estos discípulos que anuncian el kerygma lo hacen tristes, no tienen alegría, porque en el fondo no creen en que ha resucitado. Es algo muy importante que pone Lucas en su Evangelio, un Kerygma a medias, un Kerygma proclamado pero sin la fe en el resucitado. Que en vez de alegría produce tristeza.

Es curioso darse cuenta que ellos mismos anuncian a Jesús que ha resucitado, pero no creen en eso…

Jesús el Cristo, el viviente para siempre, les responde en tres tiempos:

Primero: con la fuerte advertencia que se están equivocando. Es necesario sacudir a las personas y volverlas a la realidad que sus ojos cegados le impiden ver. (Un buen ejercicio es tomar varias traducciones al español y ver cómo se expresa Jesús en el versículo 25. Algunas traducciones dicen duros de corazón, lentos de entendimiento, tardos para creer, tontos y otros adjetivos más…)

Segundo: con el anuncio bíblico de la historia de la salvación. Aquí está la clave interpretativa, leer la Biblia con ojos nuevos para entender el nuevo sentido.

Tercero: El cambio de actitud que solicita, porque al proclamar el designio del corazón, Jesús “calienta el corazón” desde el interior.

El texto prosigue, con estos amigos que al anochecer, deciden invitar al forastero a que se quede con ellos. Le dan el privilegio de dar gracias por el pan y es allí donde lo reconocen pero Jesús desaparece. Y entonces vuelve el diálogo entre ellos recordando cómo les ardía el corazón cuando les explicaba las Escrituras. Aún cuando tenían miedo y estaban huyendo, regresan esa noche en medio de los peligros a Jerusalén y se encuentran con la comunidad reunida. Hay alegría plena en el corazón de Todos.

Qué obra entonces un buen Kerygma:

  1. Se abren los ojos (versículo 31)
  2. Arde el corazón en el pecho (Versículo 32)
  3. Nace la disposición para ir corriendo a anunciar a los otros, el mensaje que no se puede contener (versículo 33)
  4. Hay un encuentro con la comunidad creyente y a todos se les comunica el mensaje (verículos 34 y 35).

Reconstruimos el texto:

  1. ¿Cómo comienza este texto? ¿Qué día de la semana era?
  2. ¿Quiénes van caminando y hacia dónde? ¿Porqué van de salida?
  3. ¿Quién se aparece en medio del camino y qué les pregunta?
  4. ¿Qué contestan ellos? ¿Qué vuelve a preguntar Jesús?
  5. ¿Cómo es el discurso que ellos dan a Jesús qué contienen estas palabras?
  6. ¿Está bien formulado o le falta algo al discurso?
  7. ¿Qué les dice Jesús a estos dos? Luego, ¿Qué narra Jesús?
  8. ¿Qué pasó cuando ellos se quedaron en la posada?
  9. ¿Cuándo descubrieron que este forastero era Jesús?
  10. ¿Qué pasó entonces? ¿Qué se dijeron el uno al otro?
  11. ¿Qué hacen entonces?
  12. ¿Con quiénes se encuentran y qué comparten?

2.- MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?

Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:

  1. Jesús, al igual que con los discípulos, se aparece en el camino de nuestra vida. ¿Soy capaz de reconocerlo? ¿Hasta dónde me cuesta creer que Jesús está vivo, resucitado y me acompaña?
  2. ¿Cuáles son los obstáculos que pongo para creer en Jesús?
  3. Cuando anuncio a Jesús ¿Es con alegría que traspasa? o ¿Mi anuncio de Jesús es con un sentido de moral muy fuerte y grande? ¿Es un Jesús que en vez de alegría produce miedo, o tristeza?
  4. ¿Soy consciente que al anunciar a Jesús así estoy haciendo un daño muy grande?
  5. Cuando leo y medito las Sagradas Escrituras, ¿Mi corazón arde de alegría y amor?
  6. ¿Me doy cuenta que para encontrarme con Jesús, el mejor método es conocer las Sagradas Escrituras? ¿Con qué frecuencia hago oración con la Biblia, practico Lectio Divina?
  7. Muchos se quejan que Dios no les habla. ¿Soy yo de esos? ¿Leo y oro con las Escrituras?
  8. Los discípulos lo reconocieron al partir el Pan. ¿Mi vida de participación en la Eucaristía es constante?
  9. Los discípulos vencieron el miedo y las adversidades porque lo que tenían en el corazón era más grande. ¿Cuáles son las adversidades que yo debo superar para anunciar a Cristo?

3.- ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Confiamos que Tú estás con nosotros en el camino de la vida y en nuestra historia.
Que sepamos reconocerte Señor.
Perdona cuando nos cegamos y no creemos en Ti ni en tu Palabra ni en tus promesas.
Ven con nosotros Señor
Acompáñanos. Ven en el camino de la vida, para que te llevemos con gozo
Queremos sentir nuestro corazón arder. Explícanos las Escrituras.
Que tu Resurrección nos llene de gozo y sepamos vencer todas las adversidades.
Que el cansancio y el desánimo de la vida queden fuera.
Que no nos quedemos aislados contigo, porque Tú, nos quieres en la Iglesia formando comunidad.
Que amemos a tu Iglesia, Señor, que anunciemos tu verdad, tu misericordia y tu amor.
Que seamos discípulos y misioneros.

-Amén-

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras intenciones de oración.

4.- CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.

«Quédate con nosotros»
(Versículos 29)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

5.- ACCIÓN: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.

Si estoy solo, busco leer el texto nuevamente preguntándome sobre mis actitudes frente a Jesús resucitado. Mi incredulidad, mi solicitud de pruebas, de milagros. En un acto interior pedir perdón por la incredulidad, y proponerse un acto de fe con confianza ciega. Como acto externo ir a conversar con alguna persona que tenga problemas de fe. Presentarle claramente a Jesús, siguiendo los pasos del Kerygma, pero hacerlo con un acto de servicio y ayuda. Especialmente a los más necesitados, a los más pobres, a aquellos que más necesiten del Señor. Te dispones a ser misionero para alguna persona.

En el grupo, analizar todos los componentes del Kerygma y preguntarse seriamente si los estamos siguiendo. Si seguimos el plan de Jesús de llevar adelante un anuncio sistemático de Cristo Resucitado, que cambie la vida y el corazón de las personas. Este escrito puede ayudarte. Y para demostrar a la comunidad el proceso de cambio espiritual que se está viviendo, vamos a buscar en nuestro barrio o lugar donde nos movemos a personas que necesiten una palabra de aliento en nombre de Cristo. Puede ser visitar los enfermos de la comunidad (si es una parroquia, preguntar cuáles son los enfermos que han solicitado la comunión, o ser creativos en la búsqueda) ir como grupo a visitarlos, animarlos, consolarlos y hablarles de Cristo Resucitado. También pueden ser abuelitos que están más solitos y los acompañamos con alegría cristiana.

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1 comentario

  1. mauricio salazar

    SOMOS MARIA REINA UNA RADIO CATÓLICA DE CALAMA Y NECESITAMOS QUE SE PUEDA MEJORAR LA CALIDAD DEL FINAL DE LOS PROGRAMAS DONDE LA MÚSICA ESTA MUY SATURADA LO IDEAL ES QUE NOS PUEDAN ENVIAR LA PRESENTACION Y LA DESPEDIDA APARTE EN FORMATO MP3

    GRACIAS

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