Evangelio del día – Lectio Divina Mateo 12, 46-50

Lectio Divina por Héctor David Martínez Martínez de Honduras

Oración:

Señor Jesús muéstrate favorable con tus hijos, y multiplica sobre nosotros dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveremos fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor. Amén.

Evangelio

Según San Mateo 20,20-28

La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús. Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?». «Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre».
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud».

REFLEXIÓN

El Evangelio de hoy no es curiosamente ningún alegato a favor de Santiago y Juan, y tampoco de los otros diez. Pero recordar esas pretensiones tan “humanas”, nos lleva a los fundamentos de la primera comunidad y nos hace pensar en cómo se fue desarrollando y extendiendo desde un insignificante grupo de discípulos muy duros de cabeza. Todos debemos sentirnos como los apóstoles, es decir, conscientes de nuestras limitaciones, pero dispuestos a aprender del Maestro.
Este pasaje nos recuerda una de las claves del mensaje de Jesús, que tanto nos cuesta asimilar. No es nada fácil entrar en la dinámica del servicio total a los demás sin esperar nada a cambio, como actitud básica en la vida de un seguidor de Jesús. Es uno de los puntos del Evangelio que están sin estrenar. Poquísimos cristianos, a través de los dos mil años de cristianismo, han sido capaces de vivir esa simple enseñanza. Hoy sigue siendo para nosotros, la piedra donde tropezamos en nuestro intento de vivir el Evangelio. Dejar de ver el mundo desde mi egocentrismo, y descubrir que el centro es siempre el otro, nos llevaría a una auténtica actitud evangélica.

Oración final

Señor, te doy gracias por mi fe y también por aquellos apóstoles que me la transmitieron sin faltar a la verdad. Podían haber ocultado sus defectos y debilidades personales; pero no quisieron. Esto me anima a seguir a Jesús a pesar de mis retrocesos, mis deficiencias, mis miserias. Con la gracia de Dios, yo también hoy, como el apóstol Santiago, quiero beber en la copa del Señor.

Contemplación

●Santiago y Juan piden favores, Jesús promete sufrimiento. Yo, ¿qué busco en mi relación con Dios y qué pido en la oración?

● ¿Cómo acojo el sufrimiento que se da en la vida y que es contrario a aquello que pido en la oración?

●Jesús dice: “¡No ha de ser así entre vosotros!” Nuestra manera de vivir en la comunidad y en la iglesia ¿Está de acuerdo con este consejo de Jesús?

Compromiso
Casa día dar gracias a Dios por aquellas personas que me ayudaron a tener fe en Jesucristo.

Acerca de Héctor David Martínez Martínez

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